“Yo creo que el humor es una cosa muy profunda”

Fotos: prensa Gobierno de Mendoza

Por Romina Maina I 22.05.2024

Roberto “el Negro” Fontanarrosa transitó con gran talento, estilo propio y originalidad los terrenos del humor gráfico imprimiendo su sello en revistas emblemáticas como Hortensia (donde aparecieron por primera vez Inodoro Pereyra y Boogie el aceitoso), Satiricón y Fierro, entre otras. Publicó chistes diarios en la contratapa del diario Clarín, hizo dibujos publicitarios, escribió cuentos y novelas. Su obra incluso excedió esos campos y llegó a la ficción televisiva con “Cuentos de Fontanarrosa” (TV Pública) y al cine con “Fontanarrosa lo que se dice un ídolo” (2017).

Su lenguaje sencillo y su aguda observación de lo cotidiano marcó su universo creativo con personajes e historias que cobraron vida, además, en el teatro. Es conocido que el artista rosarino no incursionó directamente en este terreno, aunque trabajó como colaborador del destacado grupo humorístico Les Luthiers. Sin embargo, son variadas las propuestas – tanto del ámbito comercial como independiente – que buscaron recrear sobre el escenario las entrañables historias que el escritor supo inmortalizar. Entre ellas “Aryentains” (Con Daniel Aráoz, Coco Sily, Jean-Pierre Noher y Roly Serrano) o “Fontanarrosa de cuento” de la Compañía Teatro Ciego inspirada en el personaje de Inodoro Pereyra. Y la lista sigue: “El humor a lo Fontanarrosa”, “Rodajas de amor”, “Sueño de barrio”, “Uno nunca sabe”, entre muchas otras más.

En esa misma línea, trabajó también la dupla conformada por Ernesto “flaco” Suárez y Marcelo Lacerna. Ambos son mendocinos y desde hace 28 años hacen juntos “La Sanata”, una obra inspirada en el humor popular, la mirada crítica y a la vez tierna de Fontanarrosa.

Con dirección y puesta en escena del propio Suárez, la pieza teatral (que se presentará en San Juan el sábado 25 de mayo a las 21 hs en Sala Z del IOPPS) bucea con humor en el “chanta” argentino, el “versero”, el “sanatero”. Aquel que dice cosas por decir, que se pelea por pelear, o que agranda o exagera historias para impresionar a los demás.

Los «sanateros». El falso galán, el tipo que es más vivo que el otro, el que siempre gana, el conquistador empedernido y el infiel serán algunos de los arquetipos que recreará sobre el escenario la dupla Suárez-Lacerna. Inspirados en textos de Fontanarrosa, invitan a reírnos de nosotros mismos, y tener una mirada critica de los vicios que tienen los argentinos.

La Sanata muestra una amplia gama de personajes que se encuentran fácilmente en cualquier bar de Argentina, que hacen gala de su verborragia y “sapiencia” ante los más variados temas y circunstancias. Está articulada en base a una sucesión de escenas cortas, que tienen como leitmotiv algunos de los puntos débiles de los argentinos: el verso, el chanterío, el machismo, los prejuicios sociales, la discusión por la discusión, y algunas perlitas más. Esta es la síntesis del argumento de esta pieza que ya se convirtió en un clásico de los espectáculos de humor de la cartelera mendocina.

Ambos actores regresan a la provincia después de venir cada uno con distintas obras: “Así lo Vip” en 2022 (en la que Suárez estuvo acompañado de Marcelo Sánchez) y “Rotos de amor”, en 2023 (que tuvo a Lacerna como parte de un elenco conformado por Victor Laplace y otros actores mendocinos).

A pocos días de su presentación en la sala local, Plataforma GAIA habló con el destacado actor y director Ernesto Suárez quién señaló que con La Sanata buscaron homenajear al escritor rosarino y los personajes de sus cuentos. Sobre todo, aquellos que representan las ideas de masculinidad que fueron reflejadas, parodiadas e ironizadas por el “Negro”.

“Esos que dicen mucho y hacen poco, alardean porque se compraron una moto nueva, que salieron con una y con otra mujer, que cuando pasa una cosa, la multiplican por veinte. Elegimos los cuentos más machistas, más cabrones, los que más nos gustaban, en donde hace una sátira al machismo”, contó Suárez en referencia a los arquetipos de personajes y sus voces que circulan por esta propuesta.

En cuanto a la puesta en escena, -además de los actores- habrá solo una mesa, y dos sillas porque considera -siguiendo los postulados del director polaco ya fallecido Jerzy Grotowsky- que el hecho teatral no necesita de una gran escenografía y despliegue para que se produzca. “Él hablaba de la importancia del espacio vacío, que mientras menos haya en el escenario más grande será la comunicación entre el actor y el espectador. Si se ponen un montón de elementos, y una escenografía pomposa, se pierde la esencia de la actuación”, explicó.

Al hablar de Fontanarrosa lo destacó como un tipo común, sencillo, profundo, que hacía un tipo de humor con el que se siente identificado. “A mí me gusta el humor que tenga un contenido, un humor en serio y bien elaborado. Yo creo que el humor es una cosa muy profunda. No me gusta el humor estúpido, que se hagan los graciosos, como abunda en la televisión”, definió el artista.

Entre los grandes maestros del género, mencionó el humor profundo y ácido de Chaplin y también aparecieron los nombres de Cantinflas y el de Roberto Gómez Bolaños a quién recordó en su personaje del Chavo del 8 por tener un “humor muy lindo y hermoso”.

Un hombre de teatro. Ernesto Suárez, es actor, director, docente y dueño de una extensa carrera vinculada al teatro popular. Con 84 años -y 60 de carrera- sigue con una intensa actividad sobre los escenarios.

El actor acaba de cumplir 60 años sobre los escenarios y es una figura destacada de la escena cultural mendocina, además de un referente de la escena teatral en distintos países de Latinoamérica. Exiliado durante la dictadura militar argentina, trabajó como actor, director y docente en países como Perú, Ecuador y Colombia creando importantes elencos y compañías.

En 2015 hizo su debut como actor de cine en la película Camino a la Paz junto a Rodrigo de la Serna y por su papel fue galardonado con el Premio SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores e Intérpretes). Sin embargo, el teatro es el lugar en el que ha pasado gran parte de su vida y dónde elige estar, todavía hoy a sus 84 años. “Yo soy un actor y director popular. Y con popular me refiero a las cosas simples pero profundas de la vida”, señaló.

Y en este punto, definió también el teatro que le gusta. “Elijo obras con contenido humano, político -no partidista- en el sentido que cuente historias que tengan que ver con la sociedad. Todas mis obras tienen un contenido social y humano, tienen ternura, tienen humor porque la vida sin humor no existiría” subrayó.

Al hablar sobre las nuevas formas de hacer teatro como la performance no dudó en ubicarse del lado del teatro más tradicional. “¿Lo conociste a Oscar Kummel?, preguntó en referencia al actor, director y docente teatral sanjuanino fallecido en 2012. “Si el flaco viera esto (sobre las nuevas expresiones escénicas) se moriría”, dijo. “Era un tipo muy inteligente, muy sensible”. Aunque yo iba más por la creación colectiva y él por el trabajo de autor, teníamos en común la forma de trabajar en alguna medida. La idea de que el docente trabaje en forma horizontal y no vertical, que el maestro no es el que tiene la verdad sino el que ayuda con el alumno, construir desde el conocimiento entre dos, y no desde la imposición”, mencionó en relación a algunos de los principios que ambos compartían y que lo siguen guiando en esta profesión.

Como artista del teatro independiente y dueño de una extensa trayectoria tanto en el país como en la exterior, no tiene en sus planes retirarse. ¿No está cansado? “Para nada. Al contrario. Estoy agradecido”, respondió.

Poco antes de terminar la charla, Suárez, analizó el panorama actual y manifesto su preocupación ante el avance de políticas que significan un retroceso en materia de derechos que afectan a la sociedad toda. “No sólo el teatro, toda la cultura está en riesgo”, advirtió. Y amplió su opinión: “Porque la cultura hace que la gente se sienta identificada, la saca del bendito celular. Nos están quitando cosas, le tienen miedo a la cultura. Pero además ¿cómo pueden ser tan estúpidos de querer sacarle la plata a la universidad pública o darle créditos a los jubilados que han entregado cincuenta años de su vida a laburar y merecen una jubilación digna?, no sé qué tienen en la cabeza”. La política también está llena de sanateros, cerró.

Una vida compartida. La Sanata se estrenó en 1996 y desde entonces la dupla de talentos comparte escenario. Los une no sólo la profesión sino también el respeto, el cariño y la admiración mutua.