Germán Daffunchio, cantante y compositor

“El mundo se está volviendo demasiado virtual”

El vocalista de Las Pelotas habló con Plataforma GAIA sobre el presente y el consumo de la música contemporánea. Su visión crítica acerca de los riesgos de la inteligencia artificial. El valor de la experiencia real de un concierto en comunión con el público. El lugar que debe ocupar el rock ante la crisis social y su rechazo a las modas. Ante todo, su afecto por el público sanjuanino y lo que disfruta cada vez que se produce un ritual musical en la provincia.

Federico Strifezzo

Raúl Caliva I 27-06-2024

Un taxista común y corriente circula por las avenidas y calles de Buenos Aires, en una rutina diaria como todas a bordo del Ford Falcon pintado con el tradicional amarillo y negro. Hasta que de repente, un cuerpo caído del cielo, vestido de súperhéroe golpea el capot del taxi. El conductor frena y sale rápido a auxiliarlo del tremendo golpe que el misterioso sujeto se dió. A partir de ese instante, vendrá una sucesión de eventos inesperados y surrealistas que le ocurrirán al hombre que no puede dejar de estar absorto e incrédulo por lo que está experimentando. Desde encontrarse con personajes del Mundo de Disney, hasta quedarse pasmado mirando a la Mujer Maravilla o ver a Bart Simpson y a Batman en los pasillos del Hospital Argerich.

La secuencia corresponde al mítico videoclip de ‘Capitán América’, canción perteneciente a ‘Máscaras de Sal’, un clásico álbum de Las Pelotas que data de 1994. Precisamente, la canción dice en su segunda estrofa “Caen sobre mí, las cadenas de supermercados ‘Compre más barato’ / Garantizado”. Estas letras cargadas de metáforas reflejan la irrupción de una cultura hegemónica, “el estilo de vida americano” (American way of life) que irrumpía con gran auge por aquellos años de incipiente globalización: la sociedad de consumo capitalista y estadounidense que avanzaba a pasos agigantados hacia el sur del propio continente.

Las referencias en el clip son bastante claras, por más que su simbolismo permita también trazar otras interpretaciones, pero cuando suena «las torres de cristal irrompibles», claramente alude a esa fuerza imponente que inexorablemente penetra en la vida cotidiana de grandes corporaciones y que trastoca la balanza inclinándola a favor de los beneficios económicos individuales por sobre la calidad de vida en comunidad. Que un tachero se cruce con un Capitán América o con un Mickey en los semáforos, buscando una ‘selfie’ y tratar de calzar el traje y mimetizarse con aquellos personajes extraños y fantásticos, no fue una visión alocada o azarosa.

Ese mensaje que surge desde los años 90, perdura hasta el día de hoy y con mayor fortaleza que nunca, porque el grado de colonización cultural ha calado tan hondo en la sociedad argentina que ésta como tantas otras canciones de Las Pelotas, no dejan de estar vigentes y actuales.

Somos felices de volver a San Juan, que es como nuestro segundo hogar y nos da mucha alegría de tocar allá. Cada show es único y es para vivirlo de manera inolvidable.

En 36 años de existencia, Las Pelotas, es hoy una de las bandas del rock nacional que sostiene una mística y un legado intacto. Desde la trágica muerte de Luca Prodan y la disolución de Sumo, Alejandro Sokol, Germán Daffunchio y Alberto «Superman» Troglio, iniciaron el camino de reconstruirse a sí mismos y continuar con lo que tenían a mano. Lo hicieron en espacios reducidos y locales del underground porteño y del Conurbano Bonaerense ante apenas un puñado de espectadores en los albores de la década de 1990.

Hasta el presente, pasaron muchas cosas, entre alegrías, satisfacciones, pero también golpes y tristezas. Por la bitácora se registran por ejemplo, las pérdidas de Sokol (2008) –considerado por el propio grupo como un “entrañable amigo que lleva el mapa de Hurlingham en la palma de su mano”- y el fallecimiento de uno de los guitarristas Gustavo Kupinski (2011); las eventuales etapas de transición y de recambios en su formación; las crisis económicas; la pandemia de 2020; un trayecto de alrededor de 20 producciones entre álbumes, recopilatorios, EP’s y grabaciones en vivo; mega recitales y festivales colmados de público en los mayores escenarios y estadios del país. En resumen, cada paso o hito que dio la banda, sirvió para escribir una historia de fidelidad y compromiso con su público y con su época.

El año pasado, la banda celebró los 20 años del disco ‘Esperando el milagro’ de 2003 con una gira que fue extensa y positiva por el territorio nacional y otros países. En San Juan, Las Pelotas actuó en Hugo Espectáculos y fue recibida -casi como un ritual de tradición- con los brazos abiertos y el corazón encendido, lo que culminó en una fiesta intensamente colmada de emociones.

En esta oportunidad, Germán Daffunchio y compañía, buscará repetir y superar aquella experiencia. Esta vez, vendrá con su hijo Gaspar y Tomás Sussmann en guitarras, Gabriela Martínez en bajo, Gustavo Jove en batería, Sebastián Schachtel en teclados y Alejandro Gómez Ferrero en teclados, trompeta y trombón. El punto de encuentro será en el Estadio Aldo Cantoni el próximo viernes 28 de junio, para dar un repaso de todos los clásicos y hits, más los temas de su último disco ‘Es así’ (2022).

La música de la banda no deja de tener presencia en la memoria emotiva de varias generaciones de seguidores, porque ese rock puro y desprovisto de accesorios innecesarios, se sumerge con sutiles arreglos y figuras poéticas, para expresar la cultura y la realidad social argentina. La esencia de sus canciones, continúa ligado indefectiblemente a ese ADN que inyectó el legado de Sumo en sus almas.

Antes que se genere nuevamente el reencuentro con el público local para ‘el gran ritual’ de música y disfrute, Daffunchio tuvo tiempo para hablar con Plataforma GAIA y destacar este presente artístico que atraviesa Las Pelotas, celebrando giras y actuaciones a pleno.

Siento que nos están virtualizando la vida. Por suerte estamos aguantando con el rock latiendo con la gente, pero el mundo se está volviendo demasiado virtual y parece que a nadie le importa, porque cada uno está en su propio mundo.

– ¿Por qué San Juan y el resto de Cuyo es el lugar preferido en las giras?

– Son muchos los años que tenemos encima y cada vez que vamos a San Juan, nos pone muy bien, porque hay mucha gente querida y que nos regala su afecto. Nos pone contentos cuando vamos. No sé qué exactamente sucede cuando tocamos o qué lo produce, pero sí tiene que ver y lo creo, es con la buena energía que surge entre nosotros y la gente. Por eso somos felices de volver a San Juan, que es como nuestro segundo hogar y nos da mucha alegría tocar allá. Cada show es único y es para vivirlo de manera inolvidable.

– Al transitar ahora 36 años, ¿las ganas no se agotan en cada gira y sienten que rejuvenecen?

– (Se reía) Nadie ha logrado la fórmula de la juventud hasta ahora, pero estuvimos hace poco en un tour por España y fue increíble. Ahora seguimos por acá y la verdad que disfruto mucho salir a tocar. Sobre todo, en lugares como Cuyo que la pasamos muy bien. Son 36 años que nos pasaron cosas buenas y malas, es cierto, pero es como la vida misma. Lo que no te mata te fortalece y ese dicho es verdad, es increíble que haya pasado tanto y tantas situaciones, pero el asunto en el fondo, es poder llevar adelante tu pasión y hacer lo que te gusta. Es poder vivir de esto y esa fue siempre nuestra premisa.

– Las Pelotas ¿más que una banda, es como una familia que se agranda? Por ejemplo, la incorporación de Gaspar.

– La suma de Gaspar fue un deseo de hace mucho tiempo que se hizo realidad. Su aporte es valioso porque con su guitarra, me da más libertad para cantar y moverme en el escenario. Antes tenía que usar la guitarra y quedarme quieto con el micrófono. Entonces, Gaspar me da más soltura en el escenario para aportar al show. Así que sí, Las Pelotas es una gran familia con pasión y que todo el tiempo se mueve para seguir creando música que es nuestra rutina diaria.

Las Pelotas es una gran familia con pasión y que todo el tiempo se mueve para seguir creando música que es nuestra rutina diaria.

– Se rumorea que hay un proyecto nuevo de disco en puerta ¿Por dónde está apuntado desde lo sonoro y desde lo lírico?

– Sí es verdad. Estamos armando un disco que se viene. Bueno, la palabra disco quedó vieja ya, a pesar de eso, el disco es un objeto que se puede tener, mirar y tocar. Al margen que ya la música circule por las plataformas digitales, trabajamos en un material nuevo que pronto estará terminado. Como estamos tocando en tantos lugares, se nos pone difícil estar al frente en muchos frentes a la vez, pero falta poco para que salga. No quiero adelantar mucho, pero lo que sí te puedo decir es que trabajamos acorde a lo que sentimos y lo que nos da inspiración. Y te aseguro que habrá buenas canciones, no dejamos de estar conectados con el tiempo que vivimos.

– ¿Hay nuevos sonidos por los cuáles tienen que explorar?

– Veo que hoy en la música todo es relativo. Los músicos de rock no usamos auto tune para cantar. Cada uno agarra lo que le pueda servir. Son herramientas nuevas que se presentan, está todo bien, pero nosotros cuando empezamos lo hicimos con un pedal y una guitarra.

– ¿Probaste alguna vez esta nueva tecnología? ¿O la rechazás por completo?

– El auto tune existe hace tiempo y vemos que muchos pibes lo usen para no desafinar. Si usás el auto tune todo el tiempo de manera automática es porque en realidad no podés cantar, desafinás bastante y necesitás de eso para taparlo. La gente que no puede cantar, la aprovecha. Yo no podría usar un aparato de esos, no me hace falta. Pero pareciera que ya a nadie le importa si un músico toca bien o no en vivo o si saben tocar una tecla y que, para algunos públicos, poco les importa. En el rock siempre enfrentamos la crítica de la prensa. Que, si el disco sonaba bien o sonaba mal, si tenía esto o aquello, pero esa critica que había antes, ya no existe más. Cuando empezó el sonido digital, hubo toda una discusión en aquel momento si era mejor o no al sonido analógico y un sinfín de cuestionamientos sobre la pureza del sonido. Mira vos ahora, que la mayoría escucha en ‘mono’ por los teléfonos, salvo que uses auriculares. Entonces es como que escuchás música con una Spica en la mano. Por lo tanto, todo lo que se piensa sobre la calidad del sonido y la música, ahora ya es relativo y significará como lo aprecie cada uno.

Los músicos de rock no usamos auto tune para cantar. Cada uno agarra lo que le pueda servir. Son herramientas nuevas que se presentan, está todo bien, pero nosotros cuando empezamos lo hicimos con un pedal y una guitarra.

– ¿Es una época en que se flexibilizó también la manera de escuchar y disfrutar de la música?

– Sí, puede decirse que sí, pero estamos en un punto en la historia, en que, si agarrás una aplicación cualquiera y le pedís que componga una canción reggae, alegre y que hable del amor que tengo por un perro, le ponés ‘ok’, el programa lo hace y lo tenés. Pero no sé si sea eso tan bueno como te lo venden. ¿Qué hay de real y qué hay de virtual o de mentira, en esa creación?

– ¿Qué impresión te deja la inteligencia artificial usada para la música, como ocurre con el cine o las artes visuales?

– Siento que nos están virtualizando la vida. Por suerte estamos aguantando con el rock latiendo con la gente, pero el mundo se está volviendo demasiado virtual y parece que a nadie le importa, porque cada uno está en su propio mundo.

– ¿Habrá que continuar sosteniendo a la música como mensaje, como transmisor de emociones y pensamientos?

– Sí porque ese es el punto fuerte del rock, por más que en la música actual, la rebeldía al sistema no sea importante. Cuando sos joven siempre estás rebelde contra todo lo impuesto. Después, habrá que ver qué hiciste en la vida. Hoy veo a los pibes perseguir ‘el éxito’ pero eso hay que cargarlo y saber hacerlo, no es fácil porque la soledad del artista exitoso la conocemos y es histórico. Siempre estuvo y tiene sus consecuencias.

– Pero si ya no interesa el genuino encuentro entre el cantante y su espectador, de vivir una comunicación real y sincera que sucede en un recital ¿qué quedaría? ¿No produce tristeza?

– Soy feliz con poder actuar en vivo y tener todo eso que vos sostenés. En los recitales nos importa mucho eso, lo real, lo palpable, lo que se puede ver y tocar. Sin embargo, el mundo perfila para otra cosa y va para un lugar muy extraño. Si avanza todo esto de la inteligencia artificial, terminará dejando a la gente sin trabajo, porque los robots ocuparán el lugar de los seres humanos y los dejarán a un costado. Lo que se viene es complicado y no solo con la música pasa esto. Hay guerras que son manejadas con un joystick y matan gente desde un escritorio, cómodos sentados en el sillón sin correr peligro. Es horrendo.

– Cuando ves que la crueldad se muestra por televisión como un espectáculo ¿Cómo no dejarse derrumbar por esta realidad y si el rock puede ser el último sostén para aferrarse a algo?

– Creo que el refugio que nos queda está en el interior de cada uno y en lo que puede hacer con los demás. Es una pelea que nos toca afrontar todos los días, tanto en la música como en otros ámbitos. La vida es una sola y uno debe ser fiel a lo que se piensa y actuar así en consecuencia.

– El hecho de estar radicado en las sierras cordobesas, ¿transformó de lleno el sentido y la forma de vivir?

– Hace muchos años que dejé Provincia de Buenos Aires y Capital Federal. Cuando estás fuera de la gran ciudad, la mirada te cambia completamente. Tenemos la suerte de vivir en un país inmenso y es un privilegio que en otra parte del mundo no lo hay. En las grandes ciudades de Europa están colapsadas, es una cuestión de tiempo no se podrá soportar más vivir allí. Por la vida que llevo, estar en un lugar tranquilo como aquí, me ordena todo. Hay algo más, es importante también saber qué te están imponiendo y qué es lo esencial para vivir. La moda, por ejemplo, es lo primero que te imponen para vivir, pero la moda, es un invento para seguir vendiéndote cosas y seguir consumiendo.

– Y ante esto, ¿Para quién o quiénes le canta Las Pelotas?

– Hay quienes hacen música por y para la moda, para gente que sigue solo esa moda. Pero Las Pelotas es otra cosa, apunta a las personas que tengan sensibilidad. Podés tener 10, 15, 40 o 70 años, lo nuestro es música para compartir sentimientos.

La moda, por ejemplo, es lo primero que te imponen para vivir, pero la moda, es un invento para seguir vendiéndote cosas y seguir consumiendo.

Bio

Germán Daffunchio nació el 8 de septiembre de 1961. Cantante, compositor y guitarrista de Las Pelotas. Anteriormente fue guitarrista de Sumo siendo uno de los integrantes que estuvieron durante toda la etapa. Antes de su carrera como músico, fue marino mercante. En 1981, conoció a Luca Prodan a través de su cuñado, Timmy McKern. Junto a él y Alejandro Sokol, formaron Sumo. Tras el fallecimiento de Prodan y la disolución de Sumo, emprendió Las Pelotas con Sokol en 1988. En junio de 1991, lanzaron el primer disco ‘Corderos en la noche’, que con el paso del tiempo se convirtió en una obra de culto para la historia del rock argentino.

Para saber

Las Pelotas. Viernes 28 de junio, a partir de las 20 hs. (apertura de puertas) en el Estadio Aldo Cantoni (San Luis y Urquiza). Entradas: generales desde $15.000.

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