«Queremos que el legado de Queen quede en lo más alto»

Por Raúl Caliva I 28-04-2023

Después de que el cine pusiera en pantalla la vida artística y personal de Freedie Mercury con la película Rapsodia Bohemia, se despertó una ‘Queenmanía’ de manera inusitada para multitud de jóvenes que empezaron a descubrir y conocer desde otra perspectiva la leyenda de una de las bandas de rock más importantes en la historia. Para otros, de una generación más cercana a los ’80 y ’90, fue un despertar a la nostalgia que se encendió alegremente por revivir glorias pasadas de este grupo británico.

Sin embargo, no quita mérito a la gran masa de bandas tributo -repartidas por todo el mundo- que recrean con respeto y fervor ese ‘fuego sagrado’ del legado de Queen al realizar shows homenaje. Una de estas expresiones, que hay en Argentina, es Reina Madre. El grupo integrado por Andy Rex (quien interpreta a Freddie Mercury), Agustín del Río (Brian May), Lucas Seoane (Roger Taylor), Nanu Adamowicz (John Deacon) y Nico Fernández (Spike Edney), lleva casi 20 años de carrera dedicado a darle vida a Queen con caracterizaciones, puestas en escena y todo un espectáculo lo más fiel posible a los recitales originales que Mercury y los demás brindaban en su mejor época.

Desde sus inicios en 2007 y manteniendo una sólida propuesta, la banda hace extensas giras por el país y por otros circuitos internacionales, logrando convocar a más de 700 mil espectadores y recibiendo críticas positivas de la prensa especializada. Y después de mucho tiempo, Reina Madre regresará a la provincia, (este domingo 30 de abril) para ofrecer un viaje sonoro y visual, por los principales hits y clásicos que tiene Queen, además de algunas sorpresas que, sin duda, alegrará a los fans más exigentes.

“Estamos muy felices de volver a San Juan, Reina Madre es una banda clon, por así decirlo, que respeta hasta el último detalle, con una importante puesta de vestuario, de instrumentos y el propósito de recrear la esencia y el sonido glamoroso y potente que tuvieron nuestros ídolos”, fueron las primeras palabras emitidas por Andy Rex en una entrevista para Plataforma Gaia, al definir concretamente en qué consiste esta producción musical.

– ¿Cómo ves este redescubrimiento del legado de Queen en las jóvenes generaciones de hoy?

– Es cierto lo que marcás, absolutamente. Desde la primera vez que hicimos este espectáculo para toda la familia, no dejan de venir a vernos chicas y chicos. Lógicamente esta biópic que salió, tuvo también mucho que ver. Esto lo notamos, el furor por Queen se extendió pasando todo límite de edades. Por eso nos parece increíble que, en los shows en vivo, nenas y nenes de 6 años de edad ya entienden bien de qué se trata todo. Algunos vienen con los bigotes pintados, con capa y corona. Hasta se ponen a correr a la par nuestra imitando lo que hacemos en el escenario. Además, cantan las canciones y se las saben perfectamente. Esto es algo que solo Queen puede lograr. Mágicamente se despertó un amor y una pasión poderosa en los jóvenes por el mundo Queen que perdurará por mucho tiempo.

– ¿Qué desafíos se presentan en el camino, a la hora de recrear y sostener un show que sea fiel y al mismo tiempo, no pierda su propia identidad como grupo musical?

– Tenemos un marcado y profundo trabajo de mantener esa fidelidad. Más allá de ser músicos, primero somos fans, amamos a Queen. Eso hace que nos de placer ejecutar las canciones y llevar a cabo el espectáculo. Cuando se encienden las luces, dejamos de ser nosotros mismos para adentrarnos en cada uno de los personajes que hacemos. Lo que se ve en el show, es la ilusión. Involucramos a todos en un viaje imaginario hacia aquella época para transmitir un encuentro directo entre Freedie y el público. El trabajo de las bandas tributo, es básicamente eso, porque mucha gente se perdió esa oportunidad de vivenciar físicamente cómo eran sus recitales. Nuestra tarea es hacer que la gente disfrute de esa ilusión compartida. Por eso en lo personal, no me gusta cantar las canciones sin que llegue a transmitirlas y sentirlas realmente para que fluyan naturalmente. Precisamente, trabajamos para que los demás las sientan con nosotros. Ahora, cuando se apagan las luces y el show termina, volvemos a ser nosotros mismos. Eso siempre lo tenemos claro.

– Interpretar a Freddie ¿demanda un plus de energía extra?

– Es inmenso, difícil de explicar con palabras. El alma de Freedie y su voz, te lleva a una mixtura de sentimientos y emociones que se concentran en el cuerpo y se siente muy fuerte durante los minutos previos al recital. Vivo intensamente con unos nervios terribles. Pero en 17 años que estamos haciendo esto y un poco tiempo más que lo hacía como solista, con tanta experiencia de giras y presentaciones, todo se vive como si fuera la primera vez. Son minutos donde corre la sangre de manera veloz como si estuvieras subido a un Fórmula 1. Después sucede una explosión de amor con la gente de tal manera que cada recital que ocurre representa un sueño cumplido.

– ¿Cuáles son los temas que más energía te libera?

– Hay canciones que resultan inoxidables con el paso del tiempo y otras, que te sacuden todo el ser, como ‘Love of my life’ o ‘Rapsodia Bohemia’ y que están grabadas en lo más alto de la memoria colectiva. Pero hay una que hace poco estamos retomando y que para mí es mi favorita ‘It’s a hard life’. Cuando me siento en el piano y la desarrollo, es imposible no lagrimear. Yo la recomiendo a los que puedan tomarse el tiempo y quieran profundizar en su letra, descubrirán y conocerán al Freedie Mercury más puro.

– En una fuerte tendencia que hay actualmente de bandas tributo a muchos artistas consagrados, no solo Queen, ¿qué lugar ocupan en este particular universo musical y qué aspecto los hace especiales?

– Considero que, en este aspecto, aunque se haya ganado un poco más de reconocimiento ahora, el de las bandas tributo sigue siendo un rubro muy denostado por algunos públicos y también por algunos colegas músicos que desprecian lo que hacemos. Me parece que es porque no ven el fuerte valor simbólico que tiene esto. Sé muy bien que pueden criticar porque se lo ve como un negocio comercial, pero en nuestro caso, nosotros lo hacemos por un amor real y puro que sentimos por Queen. Queremos rendir homenaje a nuestros ídolos para que ese fuego sagrado siga encendido. Las bandas tributo somos un puente que une a nuestros ídolos con el público, para que la llama sagrada no se apague nunca y siga siendo eterna. Nuestro rol no va más allá de eso y entre todos nos creamos una ilusión. Jamás se nos ocurriría ocupar el lugar de nadie. Técnicamente es imposible y también sería una falta de respeto pretender hacerlo. No perdemos de vista quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Además, distanciarnos de los demás, también sería algo atrevido decirlo, porque siento un gran respeto por las demás bandas que siguen este camino de hacer homenajes a sus referentes. No somos ni mejores, ni peores. Somos distintos, sí, pero si hay algo que nos caracteriza, es construir una relación visceral con los espectadores. No nos gustan los espectáculos fríos, cantar en inglés, saludar e irnos del escenario. No nos gusta ese papel, sino el poder comunicarnos con el público, contar historias entre cada canción, alguna anécdota o desarrollar algo más que se lleve la gente. Creo que eso aporta un plus al espectáculo.

– De todas formas, es el público quien tiene la palabra final y puede juzgar si es legítimo o tiene calidad tal o cual propuesta…

– Sí por supuesto, el público siempre es el soberano, quien te baja o te sube el pulgar. Y en nuestro caso, gracias a Dios, el pulgar siempre está hacia arriba. Venimos de una gira de Salta, Jujuy y Tucumán con salas de teatro colmadas. Y siempre hacemos un tercer tiempo, para que puedan sacarse fotos con nosotros, firmar autógrafos y lo hacemos porque somos agradecidos. La gente hace mucho sacrificio para pagar una entrada para ver a una banda tributo, eso no es poca cosa. Por lo tanto, queremos regalarles algo más de nosotros para hacerlos felices.

– ¿Son conscientes que siempre habrá una exigencia constante para reinventarse?

– Tenemos claro que seguiremos proyectando esto por muchos años más. Cada temporada tratamos de renovar el show y no aburrirnos entre nosotros, preparar alguna sorpresa, incorporando algo nuevo. Desde la puesta en escena, la luminaria, el vestuario, estamos buscando llegar a la vanguardia. Aunque no nos gusta improvisar. Todo lo ensayamos, todo lo estudiamos. Si algo no está ensamblado bien, no lo hacemos. Porque también Reina Madre es una familia numerosa que sostiene todo esto y con mucho amor, respeto y sacrificio, recreamos a Queen de la mejor forma posible.

– ¿Qué es lo que más admirás del legado de Queen a la cultura popular?

– Haber ingresado al mundo Queen es como un cuento de hadas, en el que hay muchas maravillas. La complejidad musical a la hora de crear y ejecutar es muy grande. Nos perfilamos en respetar todos los detalles y a pesar de tantos años, queremos lograr una perfección bien entendida. Creemos que es lo mínimo que Freddie y el público merecen.

– ¿Qué te pareció la película, de la que todavía se sigue hablando?

– La historia de Queen, es realmente de película. Pero bueno, en la biópic me hubiese gustado que se muestren otras cosas, no tanto en su vida personal, pero como ficción es maravillosa. No soy crítico de cine, sino que hablo desde mi lugar de fan. Y me encanta el final con esa recreación del Live Aid es impecable. La vida de Freedie es tan grande y profunda, con tantos aditamentos que tendrían que hacerse cinco películas para contar todo.

– ¿Cuál ha sido el motivo de incluir a San Juan en la agenda de la gira?

– Hace mucho tiempo que no veníamos a San Juan. No soy el típico artista que va a un lugar y dice cosas para quedar bien. Soy muy sincero, para mí el público argentino y el sanjuanino en particular, es el mejor, porque es cálido, es respetuoso, vive el show con desborde de alegría y se vuelve uno con nosotros. Es un fervor y un magnetismo que se vive de manera increíble, porque, en definitiva, queremos que el legado de Queen quede en lo más alto y que muchas generaciones lo sigan escuchando. Cuando estuve como solista en Caucete hace varios años, el amor que recibí de su gente es fabuloso y nos pone muy contentos volver, porque es una cuenta pendiente que tenemos. Además, hay algo muy especial que une a San Juan con Queen, porque allí, en el Valle de la Luna, se filmaron escenas de la película Highlander II con Cristopher Lambert y Sean Connery, donde la banda sonora fue con todas las canciones de Queen y eso le dio un éxito rotundo. Es un dato que los fans no pasamos por alto.