Hernán Casciari

“No le tengo miedo a los formatos”

El escritor, guionista y director editorial de Orsai, Hernán Casciari viene por primera vez a leer sus cuentos directamente al público. ‘Puro cuento’ es el nombre del encuentro que contiene los relatos de su libro ‘Cuentos contra reloj’.

Federico Strifezzo

Raúl Caliva I 17-03-2024

‘Cuentos contra reloj’ es fruto de una propuesta que se originó después de siete años sin crear nuevas ficciones. El autor de ‘Canelones’, ‘Los consejos de mi abuelo facho’, ‘Más respeto que soy tu madre’, la antología ‘Renuncio’ y novelas como ‘El pibe que arruinaba las fotos’ entre otros títulos, Hernán Casciari, encaró el desafío de escribir un cuento nuevo todos los viernes por la mañana en su programa de radio con una serie de reglas: No puede pensar en el cuento antes, ni tener borradores preparados, porque el tema de cada relato es aportado por oyentes y no tiene permitido modificar la consigna. Una vez recibidos los ingredientes de la trama, Casciari tiene una hora y media para redactar, corregir y editar. Y otra media hora para leer la historia en voz alta frente a sus lectores. De esta manera, surgieron los textos de ‘Cuentos a contra reloj’. Por lo tanto, a las historias de este libro, Casciari le dará oralidad a sus palabras ante el auditorio local que asista a esta próxima cita en el Teatro Sarmiento el domingo 17 de marzo.

Durante estos días, como es habitual en él, hizo una campaña de promoción por las redes sociales sobre el espectáculo, pero con la particularidad de recordar aquel hecho puntual sobre lo ocurrido hace casi un año con el profesor de literatura Juan Nicolás Esquivel de la Escuela Normal Superior Sarmiento, quien fue suspendido por hacer leer a sus alumnos de clase, el cuento ‘Canelones’, por contener “malas palabras” en su contenido. En aquella oportunidad, los padres de los estudiantes lo denunciaron por enseñarles: “escenas pornográficas” y «material indebido». Sin embargo, en realidad el profesor usó en el aula una versión resumida del cuento donde no figuraban los vocablos ‘tetas’, ‘culos’ y ‘poronga’ que se mencionan en el texto original.

El problema surgió cuando los jóvenes interesados por conocer la versión completa, decidieron explorar por Internet lo que generó todo un revuelo que impactó al propio escritor por las repercusiones. Él se puso en contacto con el docente y con las autoridades educativas de la provincia, para interceder y evitar el castigo al docente, sin embargo, la situación tuvo un resultado adverso para el profesor.

Ante su inminente llegada, Casciari emitió un mensaje grabado que dice: “por primera vez en mi vida voy a leer cuentos en la provincia de San Juan y elegí a propósito un teatro que queda a 70 metros de la escuela donde suspendieron a un profesor sanjuanino por leerles a sus alumnos de secundaria un cuento mío que incluía las palabras teta, culo y poronga y este docente fue sancionado, hubo un escándalo. Hablé con las autoridades y no pasó nada… porque es toda gente muy horrible”.

Y como consigna, dijo que los espera a los jóvenes de cualquier colegio de la provincia a asistir a este encuentro de forma gratuita para “leerles cuentos con un montón de malas palabras”.

En la antesala del show, Plataforma GAIA pudo comunicarse con el escritor y no solo se refirió a este hecho que al día de hoy parece ya una anécdota, también opinó sobre su visión sobre la literatura, la “sacralización” del libro y también comentó su parecer sobre la coyuntura política y social que impacta de lleno a actividad cultural argentina.

El papel es el inicio de algo y después, aquellas historias que empezaron, se convierten en otra cosa.

– ¿Qué te moviliza venir a San Juan y por qué tenés esta manera de compartir el hecho literario en un teatro?

– Este año tomé la decisión de leer cuentos en ciudades del mundo en donde nunca había leído cuentos como Nicaragua, Medellín, Málaga, San Salvador, Quito, Santa Cruz de la Sierra, Miami, Guadalajara y por todas las ciudades del país. San Juan es una de ellas. Me gusta leer en voz alta, es algo muy divertido para mí. No es una cosa que busqué en la vida, porque cuando empecé a escribir, la intención primera siempre  fue publicar libros. Pero, esto que hago me gusta mucho mostrarlo así.

– ¿Tenés un gusto a revancha por todo lo que pasó con la suspensión del profesor de literatura?

– No, para nada. Y a mí no me perjudicó, sí se jodió bastante el profesor. Lo único que pude hacer es solidarizarme con él y apoyarlo cuando quise comunicarme con la ministra de educación de ese momento y la rectora de la escuela. Pero lo que pasa, es que todo se embarró cuando una mamá con poco ejercicio de lectura, se escandalizó por cosas que, si hubiera leído con más frecuencia, no hubiera hecho tanto escándalo. No creo que haya pasado todo por un hecho de censura, pero falta un protocolo en el sistema educativo para cuando, en determinadas situaciones, viene una mamá con quejas.

– ¿Cómo imaginarías a Sarmiento, si tuviera que intervenir sobre el asunto qué actitud o posición tomaría?

– Lo que sabemos de Sarmiento, es que era muy abierto a nuevas ideas de vanguardia en materia de educación en el mundo. De hecho, viajaba mucho a otros países para llevar a Argentina muchas tecnologías para la enseñanza. Pienso que Sarmiento ha sido sin dudas una persona en su época de mentalidad muy abierta.

Mis cuentos aparecen en Tik Tok y también está en los libros impresos por la editorial. No le tengo miedo a los formatos.

– ¿Como escritor ves la necesidad de apelar a la acción performática para presentar y vender libros?

– Hago radio una vez por semana para leer cuentos. También leo mis cuentos en la televisión. Tengo cuentos que se adaptan al cine, se hacen series y hago teatro. Además, me pongo a leer arriba del escenario, y hay obras adaptadas al teatro que interpretan otros artistas. Mis cuentos aparecen en Tik Tok y también está en los libros impresos por la editorial. No le tengo miedo a los formatos. Porque no son importantes, lo fundamental es el concepto que se transmite. En el fondo, eso que se dice es lo que cuenta. Es como si uno estuviera en una mesa sentado para comer, lo importante es la comida y no tanto el tenedor o el cuchillo.

– ¿La teatralidad, la puesta en escena, es como una tendencia que se ve con más frecuencia en los escritores para ser menos solemne a lo que era una presentación tradicional?

– Me encanta siempre esa búsqueda. Me divierte bastante, nunca tuve en el soporte papel un camino de llegada. El papel es el inicio de algo y después, aquellas historias que empezaron, se convierten en otra cosa y me resulta muy divertido de transitar.

– Aunque la industria del libro, las editoriales hacen lo imposible para seguir produciendo, ¿qué sucede con los lectores o lectoras? ¿Afecta el poco tiempo y falta de concentración para leer con tanto bombardeo mediático?

– Me gusta ese bombardeo, me resulta interesante y cuantos más modos de poder acceder a esas historias, de herramientas para comunicar mejor esos relatos, mejor será. No deberíamos quedarnos o conformarnos con poco.

Intento dejar en claro esto, todo el tiempo al libro se lo intenta sacralizar y no es más ni menos que un soporte más. Y me parece que no es el mejor en este momento.

– ¿Cómo te adaptas a decir las cosas en un minuto como exigen las redes o en un ‘twitt’ de pocas palabras?

– La verdad que no lo hago. No soy un creador de contenidos que intente imitar a nuevas generaciones. Me parece que los jóvenes tienen su mundo y nosotros también. Los que pertenecemos a esta generación -de nosotros los grandes- tenemos un mundo muy rico. No hago microcuentos de 7 segundos. Leo o digo, escribo cuentos de 7 minutos, que también es cortito, pero es mi manera de expresar. Considero que cada uno tiene la libertad ahora de poder expresar y decir las historias como uno quiera sin someterse al formato determinado que obligue a hacer.

– Si lo efectivo es el concepto ¿Qué es lo que intentás transmitir? ¿Qué sentimientos y pensamientos querés que les queden a los lectores?

– En general, aquello que me emociona y que pueda trasladar a la cabeza de otro, que le conmueva de la misma manera al usuario de dicho mensaje. No más que eso.

– Cuándo dijiste en el programa Gelatina que ya no crees en la literatura, se armó mucho revuelo en el ambiente de los escritores. ¿quisiste patear el avispero?

– En ningún momento intenté disparar alguna discusión, sin embargo, es lo que pienso. Cuando se habla del libro, se habla de un formato. Intento dejar en claro esto, todo el tiempo al libro se lo intenta sacralizar y no es más ni menos que un soporte más. Y me parece que no es el mejor en este momento.

El audiolibro, el podcast, el streaming, leer en una plaza, leer en el teatro, todo eso ayuda. Y también, genera lazos de comunidad sin duda.

– ¿Hay que concebir a la literatura desde otra perspectiva, por fuera de lo escrito y más en lo oral y en lo visual?

– La literatura fue oral antes de la existencia del libro. No es solo eso. La literatura es oral. El libro es una tecnología y no es nada más que eso. La palabra literatura es usada en terminados académicos y solo se remite al libro. Jamás, nadie dice “¡Que buena literatura vi en Netflix ayer!” Contar historias es todo, no es contarlas solamente en un libro. Soy tremendamente clásico, sí y adoro el libro, pero no se trata de inocularles mi nostalgia a otra persona. La oralidad es importante porque cada vez, hay mucha gente que lee mal. Entonces prefiero ocuparme de contar el cuento para evitar que se haga el ejercicio de una lectura pobre. El audiolibro, el podcast, el streaming, leer en una plaza, leer en el teatro, todo eso ayuda. Y también, genera lazos de comunidad sin duda, del mismo modo que la cultura transmite ideas y hace que permanezca vivo el pensamiento. De esa manera la cultura nos ayudará a evolucionar y ser mejores personas después.

– Ante las reacciones furibundas de colegas ¿las esperabas con gracia?

– Me encanta que en vez de estar hablando de lo que dice Yanina Latorre en las redes, se haya puesto en discusión el libro, de la oralidad, de la lectura. Para mí fue un buen día en Twitter, porque nadie habla de eso. Todos los días se la pasa la gente hablando pelotudeces y las tiran ahí en las redes. Eso que pasó me pareció muy divertido.

– Orsai es más que una revista, sino más bien un producto transmedia ¿Cómo encontraste la fórmula para navegar entre varios lenguajes y formatos?

– No sé si ha sido una búsqueda, lo que pasa es que soy curioso, no hubo un objetivo estratégico comercial. Me gusta navegar por los caminos que se nos presentan y nos ponemos manija con algo por un tiempo, aunque después cambiamos sobre la marcha.

– ¿El factor creativo, generará un nuevo terreno para que los medios de comunicación autogestivos puedan sostenerse con pocos recursos?

– De hecho, hay muchas comunidades autogestivas que hacen streaming, revistas libros, conciben proyectos culturales de este tipo. No creo que sea la única salida, porque en tanto que los grandes grupos económicos con dueños que solo detentan hacer mucho dinero, hará que sea muy difícil que eso pase. Los medios autogestivos tienen comunidades sin dueños, con colaboradores y con cooperativas allí hay más posibilidades de generar todo tipo de contenidos. Pero los medios tradicionales tampoco dejaran de existir y hacer lo que hacen. En nuestro caso, no hacemos las cosas sin fines de lucro, solo entendemos que el contenido es más importante que el dinero. Aun así, nuestro sistema de trabajo es rentable, de hecho, cobrarnos muy bien y vivimos muy bien con lo que hacemos. El rédito podrá venir después y mejor si detrás de eso hay talento.

– Como escritor o como gestor cultural, es imposible abstraerse de la realidad social. ¿qué está pasando entre los artistas cuando el país está inmerso en un caos político y económico? ¿Cómo se le hace frente al apagón cultural?

– No tengo idea, pero es un buen momento para barajar de nuevo. Las personas que hacían actividades humanísticas y culturales deben ver cómo buscar rédito por fuera de quien lo daba hasta el 10 de diciembre. Es una buena manera de preguntarse cómo se pueden hacer las cosas sin intervención del Estado. Ahora, lo que está pasando, este desastre con el gobierno actual, veo que hay un nivel de destrucción a mansalva. Pero es una buena oportunidad también de hacernos todos un replanteo en la cultura en argentina de los modelos de rentabilidad, distribución y cooperativismo para trabajar.

– Con lo que pasa actualmente en el país, ¿crees que se vive en una distopía jamás imaginada por la ficción?

– No, en absoluto. Si estamos en una distopía, es global, no solo argentina. Lo que pasa ahora, por alguna razón, tuvo que ver con lo que se hizo hace 20 años atrás. Las cosas que nos pasan, vienen por un cauce natural y estamos en el medio de una queja permanente. Pero no debemos dejar de lado que estamos en un país, dentro del 20% del mundo, con más suerte. Hacen falta muchas cosas, es cierto, pero con valorar lo que tenemos no alcanza.

– ¿Está el futuro nublado?

– No, creo que vamos a un lugar mejor. Esta destrucción absoluta será una oportunidad, no para que los destructores sigan, sino para que los constructores de un nuevo sistema que venga, se pongan las pilas y recomiencen todo de una manera distinta.

– ¿Te aferras a ser optimista?

– Entiendo que muchas veces damos un paso para atrás, dos adelante y que retrocedemos dos casilleros atrás y avanzamos uno. Pero siempre avanzando y considero que estamos mejor que en 1977 por ejemplo. Sin duda, apuesto a las nuevas generaciones y que serán mejores que nosotros. Sería absurdo no hacerlo. Soy muy observador, no tengo ética, ni moral, ni me duelen las cosas, las observo como entomólogo que observa los insectos. Observo la realidad, cuento cuentos y nada más. No tengo una característica social muy desarrollada. El mundo me permite, con sus novedades y actualizaciones, crear historias. Mientras siga teniendo energía y ganas, seguiré siendo así.

– ¿Qué te llevarás de San Juan?

– Cada vez que subo al escenario, cuando leo, les firmo libros, lo que más aspiro es llevarme el recuerdo de aquellas personas que se conmueven, se emocionan y se divierten. Eso es lo que llevaré guardado en el corazón.

 

error: Este contenido es propiedad de Plataforma GAIA !!
Share This