Entrevista a Miguel Ángel Rocca

“Me gustan las historias de aquellos que construyen nuestra historia”

El director de la serie «Martina Chapanay, mujer de cinco mil batallas» conversó con Plataforma GAIA sobre esta producción filmada íntegramente en San Juan y con una importante participación de actores, actrices y técnicos locales. En el marco de su reciente estreno en la pantalla de Canal Encuentro y antes de su proyección en el Cine Teatro Municipal de San Juan, habló acerca de las motivaciones que lo llevaron a narrar la vida de la heroína cuyana. Además, opinó sobre el fenómeno de las series y su expansión como formato; y cómo ve la industria audiovisual actual.

Oriol Texidor

Charo Bogarín, protagoniza la serie en el papel de Martina Chapanay adulta.

Por Romina Maina I 20-06-2023

«Martina Chapanay, mujer de cinco mil batallas», la tan esperada serie de ficción histórica que cuenta la vida y lucha de la bandolera cuyana, tuvo su estreno anoche por la pantalla de Canal Encuentro. La historia nos ubica en Mogna, a fines del siglo XIX. Allí una Martina ya adulta (interpretada por la actriz y cantante Charo Bogarín) recibe a José (Marcelo Subiotto), un periodista y escritor que la va a conocer. Es a partir de esa visita que ella empezará a contar su propia historia.

Esta producción dirigida por Miguel Ángel Rocca narra en ocho episodios de 25 minutos cada uno momentos claves de Chapanay: cómo fue el paso de ser hija de un cacique huarpe y una madre blanca a una bandida de los caminos, cómo conoció el amor, cómo lideró batallas, cómo luchó contra los unitarios, cómo perdió amigos y cómo vengó la muerte del Chacho Peñaloza. Martina deja, ante la pluma de José, su historia personal, pero también la de un pueblo que luchó por la justicia y la libertad.

Además de Charo Bogarín, se meten en la piel de Martina, Paloma Contreras y Agostina Heredia para mostrarla en difererentes etapas de su vida. El elenco lo completan Marcelo Subiotto, Juan Francisco Barberini, José Domingo Annecchini, Juan Manuel Alari, Diego Gallardo, Pablo García Plandolit, Edgardo Marchiori, Juan Pablo González Da Silva, Pilar Mestre del Bono, Gayl Braddix, Wanda Abner y Malena Moreno.

La serie fue grabada en San Juan -con apoyo del Gobierno de la provincia a través del Ministerio de Turismo y Cultura- en junio de 2022 y contó con la participación de 43 actores locales, 18 técnicos y alrededor de 200 extras, también sanjuaninos. «Para mi era muy importante que esto se haga en la provincia y con gente de la provincia. La experiencia fue buenísima y lo destaco no como una respuesta formal sino porque realmenteme quedé sorprendido. Hay gente con mucha formación y eso para mi fue revelador e importante», subrayó Miguel Ángel Rocca en comunicación con Plataforma GAIA. También destacó la geografía de la provincia como escenario natural para la filmación: «La espectacularidad de la cordillera y sus paisajes le da a la serie un marco imponente en algunos momentos».

Este proyecto es uno de los ganadores del programa Renacer Audiovisual del Ministerio de Cultura de la Nación y hoy, está en dos formatos: uno de serie (disposible en Canal Encuentro y Plataforma Cont.ar) y otra versión en un formato continuo, como si fuese una película de aproximadamente 1 hora, 40 minutos de duración. Este último será el que se proyectará en el Cine Teatro Municipal mañana a las 19.30 hs., de manera gratuita y con la presencia de su director y parte del elenco.

Tras las expectativas generadas por su estreno, Plataforma GAIA mantuvo una entrevista con su director, quien además es guionista, productor y docente desde hace 27 años. En comunicación telefónica contó algunos detalles de esta producción que mezcla elementos verídicos y fantásticos para hablar de una historia que tiene mucho para decir en el presente. Con una vasta experiencia en el sector audiovisual, analizó también qué está pasando con el fenómeno de las series, y advirtió la necesidad de fortalecer la producción nacional frente a las grandes plataformas extranjeras como productoras de contenidos que acaparan el mercado.

Me gustan las historias de aquellos que construyen nuestra historia, pero personajes ocultos, o que no fueron protagónicos al menos en los libros de historia.

– ¿Por qué Martina? ¿qué fue clave en la elección de este personaje para contar su historia?

– No sé si puedo conscientemente decir cuál fue, lo que puedo contarte es que hace muchos años, en 2010 quizá un año antes, me crucé con la información de la historia de Martina y me interesó mucho su origen mestizo con una padre huarpe y una madre de origen europeo y el recorrido de ese personaje. Bueno León Gieco la nombra también en ‘Bandidos rurales’ y ese era un disco que yo escuchaba mucho. Siempre me interesó el tema de historias de bandoleros. Después la idea del destierro, de convertirse en una bandolera, sus luchas junto a caudillos federales que termina con un teórico duelo contra el mayor Irrazábal que representaba el poder. Todo ese recorrido del personaje me gustó muchísimo, me parece muy representativo, me gustan las historias de aquellos que construyen nuestra historia, la historia de nuestro país, pero en personajes ocultos, o que no fueron protagónicos al menos en los libros de historia. También el recorrido de una mujer en esa época, su condición llamémosle hoy feminista con cuestiones muy puntuales o frases que se le atribuyen a ella que marcaban algo medio de vanguardia. Todas esas cosas me parecieron muy importantes para ser contadas. Viajé muchas veces a San Juan. Me gustó mucho su geografía, su gente. Creo que todos esos elementos me llevaron a armar este proyecto.

 

Miguel Ángel Rocca es director y guionista de la serie que lleva la historia de Martina a la pantalla y que fue ganadora del Concurso Renacer Audiovisual del Ministerio de Cultura de la Nación.

– Hay muchas versiones de Martina ¿Sobre qué fuentes se construyó este relato?

– Leí un montón de cosas, incluso biografías falsas que se hicieron sobre ella (risas). Hablé con mucha gente de San Juan. Ahora, cuando uno construye una ficción, apunta a una esencia, como si yo te dijera a un aroma de algo que ha ocurrido. Después es una interpretación obviamente basándose por supuesto en este caso en la oralidad. Se dice que Martina estuvo con el Chacho, que Martina fue entregada a una familia sanjuanina, Martina se vengó del asesinato del Chacho Peñaloza en un duelo. Todo eso pudo haber pasado o pudo no haber pasado. Pero como en todo relato que está basado en algo, hay una interpretación del autor y en este caso ¿por qué se convierte en una leyenda o por qué se convierte en un mito? Porque de alguna manera representa algo que la gente necesita apoyarse en esos relatos. Eso es lo importante. Después es imposible saber qué realmente ocurrió. Y más en esa época donde no había ninguna documentación de nada. Ahora en toda nuestra historia o en la historia de esa época o en la lucha hay algo que existió, hubo una disputa de poder, disputas de dominio, de terminar de definir, de diagramar un modelo de país, cosas que a mi entender seguimos discutiendo, en otro contexto, pero se sigue discutiendo, se sigue disputando para qué lado nos terminamos de organizar y esto llevado al recorrido de un personaje. Por eso digo que desde la propia conquista, el mestizaje se produce con la llegada de los españoles, entonces esta idea en Martina me pareció también un punto de partida muy interesante.

Martina Chapanay. Mujer de cinco mil batallas. Es una ficción histórica que cuenta la historia de la heroína cuyana en ocho capítulos de aproximadamente 25 minutos cada uno. Charo Bogarín, Paloma Contreras y Agostina Heredia, interpretan a Martina en diferentes etapas de su vida.

Para mí (Martina Chapanay) es una luchadora de la época intentando encontrar alguna respuesta desde la marginalidad, la carencia y el despojo.

– ¿Qué momentos o hechos claves aparecen representados a lo largo de la serie?

– Momentos como la muerte del Chacho, que es una interpretación. De la muerte de él se sabe algo más y yo lo quise contar desde un lugar más ficcional. Después algo de la infancia de ella, bueno cuando se va con Cruz Cuero que es el bandolero que la lleva en su banda con el que aprende a luchar y que ella de alguna manera termina reemplazando y después cuando se empieza a involucrar con las luchas por el federalismo y con esto que te contaba de reivindicarse al final en un duelo como si fuese una oportunidad de redención cara a cara y no intermediando con grupos más poderosos o en desigualdad. Como algo simbólico. Ese será el recorrido de la serie. En cada capítulo se cuenta algo de su vida.

– Hay muchas maneras de definirla o nombrarla. En la canción de León Gieco la menciona como bandida rural. ¿Qué expresión te parece que mejor la define?

– Para mí es una luchadora de la época intentando encontrar alguna respuesta desde la marginalidad, la carencia y el despojo. Yo no la veo como un personaje negativo, es un personaje que se hizo camino a partir de las dificultades y las necesidades. Al menos en mi interpretación, entendió que había una lucha más importante que robar en los caminos. Pero no deja de ser una mirada épico romántica ficcional de algo que está más por debajo, una idea que está sobre lo social, sobre la organización de nuestro país a partir de la independencia y nos empezamos a reconocer como un posible país organizado. Yo te diría que la serie tiene una mirada romántica, media épica romántica y tiene que ver con la desigualdad de poder.

Trabajo local. La serie contó con la participación de 43 actores locales, 200 extras, y alrededor de 18 técnicos audiovisuales. El rodaje se realizó en junio de 2022 y se extendió durante seis semanas.

– De un poder que también invisibilizó a las mujeres dejándolas durante años fuera del relato histórico oficial…

-Absolutamente. Sí incluso jugué con esta idea del feminismo (entre comillas), de la necesidad de romper un arquetipo machista. También está incorporado eso y a mí me atrajo mucho. Hay frases que se le atribuyen a Martina y que me parecieron siempre muy gráficas. Se dice que ella decía que por más que se vista como hombre era muy mujer o Martina elige al hombre que ella quiere, frases que para la época eran de vanguardia. Eso está en la serie, está en el personaje y era conscientemente un tema a desarrollar.

– ¿Qué posibilidades ofrece el formato de ficción documental en el abordaje de un personaje histórico?

– Por más que sea una ficción basada en hechos reales, el espectador tiene que entender que nada de lo que está viendo existió, siempre es una interpretación. Uno tiene que ser muy consciente que lo que uno construye es una ficción. Y yo no puedo decir que esto fue lo que ocurrió, que esta es la Martina que existió, sería un mentiroso. Es una interpretación de los elementos que uno recopiló y la Martina que construyó en su imaginario. Y después que sea una ficción histórica es porque el Ministerio de Cultura lo catalogó así y de alguna manera es como si fuera un subgénero, es una ficción histórica porque ‘está basada en’ pero no deja de ser una ficción tratando de ser honesto con la esencia de lo que se transmitió por más que vas a encontrar muchísimos relatos de Martina. Yo hice este trabajo de preguntarle a gente en San Juan, en Mogna quién es Martina cuando te lo cuentan cada uno te cuenta una Martina diferente…que murió por la picadura de una serpiente, que en realidad la mataron o que murió de viejita. Te vas a encontrar con un montón de cosas. Está bien, si alguien quisiera hacer una investigación histórica, documentada y tratar de llegar lo más cercano posible al hecho histórico y por más que uno se acerque va a tener miles de cosas que son imposibles de acceder más allá de que no era mi objetivo en lo más mínimo. Yo quise construir una historia de ficción que transmita la esencia de lo que circula en el aire.

También aparecen en la serie temas universales. La libertad, la dignidad, el desarraigo.

– Pero también ¿con todo lo que puede decirse desde el presente?

– Absolutamente. Eso es lo que más me interesa. Y también aparecen en la serie temas universales. La libertad, la dignidad, el desarraigo. Yo lo cuento a eso en la serie, pero reitero es una fantasía mía de ese personaje mestizo que fue desarraigado de niño e inconscientemente siempre quiso volver a su tierra. Yendo a lo histórico a mí me costaría más contar una ficción de personajes que tengan tanta documentación. Pero Martina es una leyenda, y eso me interesó entonces sí, yo ahí podía jugar, incluso te encontrás con autores que dicen que nunca existió. Es un personaje que se fue construyendo de oralidad y eso es maravilloso. En la cultura occidental nos conformamos de relatos, desde las tragedias griegas en adelante. Relatos que fuimos incorporando, nos fue conformando y no importa si pasó o no pasó, porque nos representa. Por eso me gustó mucho emprender la historia de ella y lo que simbolizaba, la historia de los que pierden siempre. Yo le puse ‘Martina: mujer de cinco mil batallas’ entendiendo que había peleado cinco mil batallas y las había perdido todas, pero no importa. A mí me gusta mucho la historia de los derrotados pero los derrotados en relación a la lucha contra el poder.

Si bien la serie tiene una mirada romántica o de épica-romántica, la mirada mía tiene que ver justamente con algo que va más allá y que es el poder. 

 

– ¿Una disputa que se puede sintetizar en la lucha histórica centro-periferia o centralismo y federalismo que ha atravesado históricamente al país?

– Totalmente, por supuesto. Por eso digo que es el nacimiento de una nación, a partir de la conquista y cómo empezó a conformarse el poder. Si bien, la serie tiene una mirada romántica o de épica-romántica, la mirada mía no es binaria de buenos y malos, tiene que ver con algo que va más allá, que es el poder y cuál es la responsabilidad del que tiene más poder. En esa disputa desigual en términos históricos del poder real, del poder de Buenos Aires que construyó de alguna manera una lógica en la disputa, es que yo intento representar un poco eso, pero no por nombres y apellidos sino en como accionó el poder.

– Y esta elección de que sea ella misma quien cuenta su historia ¿tiene también un peso desde lo simbólico?

– Lo que sería el tiempo del relato, quién cuenta la historia tiene como distintas capas porque hay alguien que llega que es José que es un escritor, un periodista. Quien esté muy muy atento puede darse cuenta quien es para mí ese periodista que está ahí por alguna frase, es un juego solamente. Es él quien va a conocerla ya en sus últimos años y a escuchar en primera persona los relatos. Es Martina quien cuenta esto, pero a su vez hay uno de los personajes que es uno de los integrantes de la banda que es el ‘jetudo’ que es un cronista gráfico. Él durante toda la serie dibuja los hechos y todos esos dibujos están en poder de Martina entonces de alguna manera los relatos que ella cuenta se desprenden del testimonio gráfico que él fue haciendo. Entonces hay como distintas capas de donde se desprende la historia, pero sí la que lo cuenta es ella indagada por este hombre que la fue a conocer, conocer la leyenda y ponerla en un texto y a su vez están estos dibujos que serían el testimonio de la época como Cándido López con la guerra del Paraguay. Eso es como un jueguito de distintos niveles desde dónde está contada la historia.

– Tenés una vasta producción  como director y guionista de películas, ¿con esta serie empezás a incursionar en este formato?

– Yo soy un poco multifacético. En mi vida audiovisual he producido muchas películas, más de 36 y fui productor de ‘Eliseo Subiela’. Pero mi formación fue en dirección, entonces me he dado tiempo para, de vez en cuando, hacer alguna película mía. También, he producido en 2013 un infantil que se ha transmitido en Canal 7 que se llamó ‘Caídos del mapa’, que fue película y serie. Sin embargo, con Martina ésta es la primera experiencia serial.

Las productoras internacionales son muy buenas para generar trabajo y contenidos también acá pero que para mí no pueden reemplazar la soberanía cultural, la independencia de contar nuestras historias como queremos contarlas.

– ¿Como analizás este ‘boom’ de las series?

– Pienso que estamos en el medio de una transformación pero que también tenemos que tomar decisiones. Lo que antes eran los grandes estudios de cine, hoy son las plataformas que se convirtieron en productoras como Netflix, HBO, Apple Tv y Disney. Hay una carrera por un posicionamiento que genera la necesidad de hacer contenidos de una manera frenética. Hay que ver cómo eso va a evolucionar, quién queda y cómo. Por otro lado, tenemos que tomar decisiones nosotros acerca de qué queremos de nuestro audiovisual y no depender de las necesidades de las productoras internacionales que son muy buenas para generar trabajo y para generar contenidos también acá pero no pueden reemplazar la soberanía cultural, la independencia de contar nuestras historias como queremos contarlas. La película ‘Argentina: 1985’ que fue nominada al Oscar, el propietario es Amazon y está producida por Amazon con los requerimientos de Amazon. Tenemos ahora la serie ‘Diciembre 2001’ de Star +, cuyo propietario es Disney. Yo no digo que este mal, digo que no puede ser exclusivo. Nuestro instituto (INCAA) tiene que ser fuerte, hoy esta desfinanciado y los ministerios de cultura tienen que promover la producción audiovisual para seguir teniendo nuestros propios contenidos, nuestra propia memoria, con nuestra propia forma de narrar sin la supervisión de las necesidades internacionales. Como va a quedar el mercado no lo sé. Creo que el formato cinematográfico, el formato de película, el unitario van a seguir existiendo. Hoy hay un auge de las series, pero me parece que hay que esperar un poco para ver como decanta esto. A mí me preocupa más la inteligencia artificial a futuro, pero es otra discusión y es otro tema.

– ¿Qué impacto crees que puede llegar a tener la IA en la industria cinematográfica?

– Soy docente universitario de guión en la Universidad de Buenos Aires y con mis alumnos hicimos un ejercicio con el chat de inteligencia artificial y el chat nos construyó todo un proyecto audiovisual en cinco minutos. Hoy un alumno me puede entregar una carpeta del trabajo de todo un cuatrimestre pidiéndosela al chat. Esto existe y es un principio, después cuando yo veo esto digo hasta dónde llegará. Si uno fantasea va a llegar a que un contenido audiovisual se va a poder construir adentro de una computadora. La ejecución de una obra en una sinfónica o en una filarmónica se puede construir adentro de una computadora sin que haya un solo instrumento ni un solo músico. Entonces no se adónde va a ir eso. Porque justamente lo que la inteligencia artificial hace es sintetizar las particularidades de los seres humanos. Una cosa son herramientas que te ayudan y otra cosa son herramientas que te reemplazan. Yo no creo que esto tenga que ser como un río que corre, esto son decisiones de los seres humanos acerca de qué queremos de nosotros, pero bueno es una discusión que no la tengo ni siquiera saldada, pero al menos la advierto y la pienso.

Soy productor y tengo reuniones con la gente de plataformas y sus requerimientos son comerciales (…) Yo no usaría mi tiempo para combatir eso. Me parece que lo que hay que tener es canales alternativos.

-¿Cómo se resiste frente a esa necesidad frenética de producir sin perder la calidad de los contenidos?

-Soy productor y tengo reuniones con la gente de plataformas y sus requerimientos son comerciales y de lo que ellos creen que es comercial y lo que ellos creen que es comercial se convierte en lo comercial. Es un tema muy complicado. Yo no usaría mi tiempo para combatir eso. Me parece que lo que hay que tener es canales alternativos. Yo digo esto porque estoy sintiendo que toda la industria audiovisual se está apoyando en ese canal de producción que es los dineros de las plataformas que obviamente son mucho más altos. En Martina, por ejemplo, se hicieron ocho capítulos con el 20% de lo que cuesta solo un capítulo de Netflix o sea la desigualdad en términos de nivel de producción es infernal. La tecnología viene modificando toda la forma de producción desde hace mucho tiempo. Nosotros porque seguimos haciendo cosas de presupuestos muy acotados,  y seguimos filmando de maneras tradicionales pero si seguramente Netflix hubiera hecho Martina el 80% de la serie se hubiera filmado en un estudio. Obviamente que la tecnología va cambiando y después están los requerimientos de producción y las conveniencias de producción. En enero produje una película para una plataforma y el presupuesto era diez veces más que una película que hago con el instituto nacional de cinematografia. Entonces eso obviamente que genera una desigualdad, y tenemos que pensar que queremos porque sino nos vamos a convertir solamente en servicios de producción de contenidos de plataformas extranjeras. Tiene que haber un debate, son decisiones políticas. Argentina tiene cosas que son buenísimas que otros países no tienen, como la ley de cine, el instituto nacional de cine y ciertas gestiones y ministerios de cultura que aportan lo suyo. Martina existe gracias a eso sino no existiría o probablemente yo la estaría presentando en una plataforma no sé.

 

Martina se hizo en ocho capítulos con el 20% de lo que cuesta solo un capítulo de Netflix o sea la desigualdad en términos de nivel de producción es infernal.

– ¿Cuál es el rol que están teniendo las plataformas nacionales como Cine.ar Play o Cont.ar?

– Es fundamental. La plataforma Cont.ar esta buenísima, y en Cine.ar esta gran parte de nuestra memoria cinematográfica. Es un contenido que se distribuye a todo el país, ahora hay que instalarlo y convertirlo en un hecho cultural, que esté presente en nuestra realidad, porque se desconoce. En la Universidad de Buenos Aires tengo 300 alumnos y digo levante la mano quien sabe que es la plataforma Cont.ar y la levanta uno de 300 y Cine.ar la levantan diez de 300. Hay que hacerlo conocer, trabajarlo en las escuelas, en las universidades. Y después hay que ver las repercusiones porque desde Buenos Aires uno puede tener una mirada que termina siendo totalmente parcial y hay que ver como influye a lo largo y ancho del país. Recuerdo que Paka Paka cuando empezó tenía contenidos espectaculares y en mis contextos personales en Buenos Aires no tenia ninguna incidencia pero yo tengo un hermano que vive en el sur y ahí sí tenía incidencia. Ahora con el estreno de Martina me han llamado desde la semana pasada como 15 radios y tengo otras entrevistas programadas, pero de Buenos Aires ninguna. De La Rioja, de San Juan, de Salta, de Mendoza, inclusive del interior de la provincia de Buenos Aires. Y es una historia que está contada inclusive como una historia de género, casi como si fuese un western gauchesco. Es una historia que puede ser vista en cualquier lado, mas allá del localismo del personaje. Hay que ver cómo repercuten los contenidos la verdad que no lo sé si uno hace estos contenidos y los pone en Encuentro y lo ven 30 personas o si realmente en todo el país se ve y tiene consumo.

Dónde verla

«Martina: mujer de cinco mil batallas» podrá verse semanalmente en Canal Encuentro a partir del lunes 19 de junio (21.30 hs), mientras que el miércoles 21 se exhibirá en el Cine Teatro Municipal de San Juan (19.30 hs) adaptada a un formato de película de aproximadamente 1 hora, 40 minutos de duración. Luego, la serie quedará disponible también, en el sitio web de la señal pública y en su canal oficial en YouTube, además, en la plataforma pública de contenidos audiovisuales Cont.ar (https://cont.ar/). Al ingresar, hay que registrarse de manera gratuita y luego seleccionar la pestaña «Renacer Audiovisual» desde donde ya se puede acceder a primer episodio: El Chacho. Luego, estarán también disponibles los siete restantes: 2. Cruz Cuero; 3. Doña Clara; 4. Padrecito; 5.Las Juanas; 6. El ángel Gabriel; El dotor; y 8. Martina.

Trayectoria profesional

Miguel Ángel Rocca (56) es productor, guionista, director y docente universitario. Ha producido más de 36 películas, entre las más recientes: “Moscas” (2023) “Legítima defensa” (2023) “9” (2021) “3DT” (2021) “Chau Buenos Aires” (2021) “Al morir la matinee” (2020), “Lejos de Pekín” (2019), y “Mi mejor amigo” (2018). Es director y guionista de los largometrajes de ficción “La burbuja” (2023), “Maracaibo” (2017) “La mala verdad” (2011), “Arizona Sur” (2007) y “Martina Chapanay, mujer de cinco mil batallas» (2023). Hace 27 años se desempeña como docente de guión en la Universidad de Buenos Aires y como director en la Escuela Profesional de Cine de Eliseo Subiela. Actualmente se encuentra trabajando en el desarrollo de dos largometrajes: “Tres bandas”, (con guión de Jorge Marrale), y “El crimen de las francesas”, (en codirección con Maximiliano Mastrángelo).

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