Nueva apuesta del Stand Up sanjuanino
El humor se pone a prueba
Un recorrido por algunas de las experiencias locales de humoristas jóvenes que intentan que este subgénero tenga un amplio desarrollo en la provincia. Desde qué lugar se hace humor hasta cómo plantear un buen monólogo. Plataforma Gaia habló con integrantes del grupo Comediantes de Pie.

Por Leandro Lopardo
Todo se encuentra en silencio, el público está impaciente y ya se siente en el ambiente un aire de relajo que inunda a todos por igual. La gente ríe sin saber por qué, el show aún no ha comenzado. Se enciende una luz sobre un rincón de la casa. En el interior del espacio, en la sala, los espectadores forman un semicírculo que “arrincona” al comediante, que está sólo en el centro, con micrófono en mano y con su rutina humorística lista para poner a prueba. Al fin y al cabo, cuando se trata de hacer reir, la diversión nunca está garantizada y la última palabra siempre la tiene la platea.
En el silencio se encuentran las risas. Al empezar el show con un chiste corto que se remata casi al instante, el público aporta su calidez. La conexión entre ambos se vuelve fundamental y a medida que se desarrolla, todo se vuelve más cálido, más familiar.
La risa cura, dicen y este espectáculo está lleno de sonrisas, eso se puede ver. La gente se queda, alguien en la sala se ríe de un chiste que se contó un rato antes y eso aporta la cuota extra para disfrutar el momento. Esto es lo que ocurre en las funciones de humor en vivo que ofrece el grupo local Comediantes de Pie en Anima Cultural y en otros espacios donde desarrollan sus espectáculos de Stand Up.
El formato es conocido, aunque en San Juan hay pocos antecedentes de este estilo de comedia. El primer grupo de humoristas (reunidos bajo el nombre de Bla Bla Stand Up) surgió en 2014 por iniciativa del ex-conductor televisivo y periodista Alejandro Flores. Desde entonces, hicieron presentaciones en bares y espacios culturales, pero esto no alcanzó para garantizar su continuidad y en 2019 se disolvió.
Quien decidió reactivar esta propuesta y darle una nueva impronta fue Gonzalo Robelis con la creación del grupo Comediantes de Pie. Formado inicialmente en las filas de Flores, hoy está al frente de este grupo y dicta desde 2019 el taller Tire y Empuje, donde forma nuevos humoristas para hacer crecer el género en la provincia.
“Este grupo se formó en 2018, con el objetivo de cambiar un poco la forma de presentarse. Empezamos haciendo open mic (micrófono abierto) y esa fue una etapa que nos sirvió mucho para poder mejorar y entrenar nuestra comedia”, comentó el joven quien pudo ver concretado todo ese trabajo en el primer festival con el que se presentaron en noviembre del año siguiente.
Hay mucha gente ocurrente o chistosa ‘de asado’, esa que respira y te reís, eso puede ser un ingrediente interesante, pero si no hay trabajo previo, técnica de estructura, buena observación de la realidad, objetividad y personalidad escénica, es mucho más complejo”. (Silvina Carrizo)
El término Stand Up es una expresión que refiere a ‘estar de pie’. Y esa es justamente una de las características de estos espectáculos. El comediante interactúa con el público mediante un monólogo a través del cual expresa su propio mundo apelando al humor. Lo que generalmente no se ve es que detrás hay que transitar un camino de mucho ensayo y error. Y para Robelis esto “nunca es suficiente porque la comedia nunca se termina de trabajar, se va mejorando con el transcurso del tiempo”.
Por su parte, Silvina Carrizo, una de las primeras en integrar el grupo Comediantes de Pie, aportó también su mirada sobre qué hace falta para hacer Stand Up: “Creo que lo primero que se necesita es ganas de laburar y escribir. Hay mucha gente ocurrente o chistosa ‘de asado’, esa que respira y te reís, eso puede ser un ingrediente interesante, pero si no hay trabajo previo, técnica de estructura, buena observación de la realidad, objetividad y personalidad escénica, es mucho más complejo”.

Ellos apuestan al humor. Son cinco los grupos que ya pasaron por el taller de Stand Up dictado por Gonzalo Robelis que tiene como misión formar nuevos comediantes y consolidar la actividad artística en los escenarios. . Muchos de ellos también, se insertaron en el incipiente circuito de la comedia en San Juan. Arriba: Joaquin Vieyra, Tobias Ruarte, Sofía Quiroga, Cintia Ruiz, Agustín Molina, Celina Cáceres y Nicolás Rimolo. Abajo: Silvina Carrizo, Emilia Vieyra, Julián Servera y Juanma Millán.

La experiencia entre humorista y espectador
Con el paso del tiempo, el humor cambió y en tiempos de Internet se diversifica en sus formas aún más, adoptando también códigos, lenguaje y formatos del mundo digital.
Algunos chistes continúan siendo aceptados, otros fueron eliminados de la boca de los comediantes y surgieron (en gran parte favorecidos por las redes sociales y la posibilidad de viralización de contenidos) nuevas formas de hacer humor que interpela a audiencias diversas y que se encuentra en constante transformación, -sobre todo en su manera de plantearlo- para que abarque varios campos generacionales, objetivo que cambia según la audiencia, pero que pretende tener un denominador común, hacer reír.
Es difícil precisar si un chiste tendrá el efecto deseado o no en el público receptor, por eso la búsqueda de una complicidad con el otro es fundamental, sin perder la propia esencia. Nicolas Rimolo, comediante e integrante activo del grupo, manifestó “hay determinados chistes que no son tan universales, por eso siempre debemos saber a qué público nos enfrentamos cada vez que vamos a actuar, y de ahí tratar de llevar material que genere la misma empatía con un adulto mayor como con un joven. De eso se trata también, de lograr que el público sienta como propio eso que le estás contando”.
Lo importante es que el chiste este bien elaborado en su estructura. La realidad es que para saberlo contar de la mejor manera hay que trabajar y escribir mucho antes de presentarlo; no es algo improvisado.
Sobre este tema Silvina Carrizo, opinó que “si el chiste está bien armado se puede hablar de lo que sea, el humor negro, por ejemplo, cuando está bien hecho es una delicia intelectual de pocos”. En lo personal, la comediante sostiene que, suele ser más acertada la decisión de hablar desde la propia experiencia de vida: “por ejemplo, yo como mujer millenial, heterosexual, cis género puedo hablar de temas como el feminismo. En cambio, si entro en otros campos, debo ser cautelosa, inteligente y probar antes mi material”.
Lo cierto es que siempre está abierta la discusión acerca de cuáles son los límites del humor, y a veces, los márgenes entre la risa y la ofensa son muy sútiles. Ante esto, Carrizo manifestó que “el humor es un arma de doble filo, en ocasiones puede herir susceptibilidades y eso no está en nuestro control siempre pero sí influye el cómo abordamos los temas”.
Por su parte Robelis, aclaró que la cultura de la cancelación está a flor de piel en donde hay temas muy sensibles, por eso hay que ser cuidadoso y cuestionar de forma permanente qué es lo que genera risa al propio comediante en primer lugar, y que la empatía también sea un factor a tener en cuenta.
Como una diferencia interesante tenemos el tema del timming que es un poco más lento que los comediantes del underground porteño. (Gonzalo Robelis)

En acción. Gonzalo Robelis durante la presentación de su show «DIS TAN CIA DXS» en el espacio Teatral Títeres en Serio, donde también dicta sus talleres de Stand Up.
¿Hay una forma propia de hacer Stand Up? Es necesario tomar en cuenta una mirada retrospectiva sobre el origen de este formato. El Stand Up emergió desde los teatros de vodevil de Nueva York a principios del siglo XX, cuando los maestros de ceremonia decían chascarrillos en el intervalo de las obras teatrales y evolucionó con numerosas personalidades de cómicos, de la talla de Woody Allen, por citar un ejemplo.
En Argentina, en cambio, el Stand Up tuvo su surgimiento como tal a partir del 2000, aunque ya existía un género similar y popularmente conocido como Café Concert, que tuvo como máximos exponentes a Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle, y a monologuistas como Enrique Pinti y Tato Bores, entre otros consagrados. La primera propuesta concreta fue Cómico Stand Up, donde se presentaban los primeros referentes como Martin Rocco, Peto Menahem, Diego Reinhold, Sebastian Wainraich y Dan Breitman, entre otros. Con los años, las propuestas fueron ampliándose en el circuito comercial y sus shows fueron trascendiendo las salas convencionales hacia espacios como bares, salas alternativas, programas de televisión y plataformas digitales mediante streaming.
Si bien, el humor del Stand Up busca temas universales, cada comediante le aporta su estilo personal y parte de su idiosincrasia con palabras, modismos y costumbres e historias propias de cada lugar. Respecto al estilo de humor que se hace en San Juan particularmente, Robelis marcó que: “como una diferencia interesante tenemos el tema del timming que es un poco más lento que los comediantes del underground porteño, por ejemplo. Igual es difícil incorporar chistes locales en el contexto nacional, por el simple hecho de que no serán entendidos, en el caso de que el público no fuera expresamente de la provincia”.
Necesitamos más participación en eventos estatales, para fomentar más la cultura de la comedia standapera, estamos muy apartados de estos eventos. (Gonzalo Robelis)
Lo cierto también es que en San Juan es un arte emergente, que todavía está dando sus primeros pasos en la formación de futuros comediantes. Aún hay pocas propuestas para formarse, aunque la virtualidad abrió las puertas para estudiar Stand Up a distancia como otra opción viable. En este sentido, Robelis dijo que sería muy importante que pudieran sumarse en la provincia nuevos talleres para capacitar a más personas, y que se genere una mayor oferta para incentivar a otros.
De todas formas, aunque haya un terreno muy amplio para explorar y desarrollar en la provincia, esta camada de comediantes redobla la apuesta y no dejan de trabajar para lograr una propuesta humorística consolidada:
“Necesitamos más participación en eventos estatales, para fomentar más la cultura de la comedia standapera, estamos muy apartados de estos eventos, en parte culpa nuestra, pero seguimos perfeccionándonos permanentemente para brindar mejores espectáculos”, expresó Robelis.
Habrá que seguir apoyando a estos comediantes locales, primero desde la provincia para que sigan creciendo en número, participando de los talleres y también como público activo que se interesa por estas performance escénicas llenas de humor y risas, una hermosa experiencia para relajarse y despejarse del asedio cotidiano.
En la ruta del humor
El colectivo Comediantes de Pie, está formado por unas 20 personas. En la actualidad, ofrecen su show llamado ‘In da House’ en Anima cultural, un domingo al mes y también, en cervecería Brunder los días jueves. Los espectáculos cuentan con un ciclo de humoristas que van rotando cada noche. Robelis adelantó a este medio que próximamente sumará una nueva propuesta que tendrá como nombre “Inda house mesa de escritura”. Con esta iniciativa, busca generar un espacio de encuentro para que los y las comediantes puedan compartir e intercambiar material previo al show central de cada espectáculo.