Economía cultural

Debate abierto para repensar una agenda local

La reciente realización del MICA Nodo San Juan, en sus diferentes espacios de participación, permitió una instancia de diálogo para replantear políticas culturales públicas y profundizar sobre cómo se financia la cultura desde los distintos sectores económicos. Claves para reflexionar hacia un rumbo de crecimiento y desarrollo.

Alejandra Godoy

Foto: Ministerio de Turismo y Cultura San Juan

Por Gisela Cardin

Desde hace alrededor de 20 años, San Juan viene construyendo, de forma paulatina, un camino de crecimiento en el desarrollo cultural. Las políticas públicas tanto nacionales como provinciales son quienes, en primer lugar, acompañan este resurgir.

Entre varias acciones propuestas desde el Estado, se encuentra la creación, el sostenimiento y la continuidad del MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas). MICA tiene “el propósito de potenciar la producción, otorgar visibilidad y promover la comercialización de bienes y servicios culturales” generando, a través de su plataforma, reuniones y rondas de negocios, showcases y, quizá lo más importante, la visibilización y formación de redes entre artistas de todo nuestro territorio: en su espacio web, se recalca “para federalizar nuestro potencial cultural, favorecer su integración y extender su alcance”.

En el marco del MICA Nodo San Juan, se realizaron distintas mesas de diálogo, entre ellas, introducción a las industrias culturales. Economía Cultural llevada a cabo en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson (MPBAFR).

Les disertantes fueron Bárbara Maier, jefa de Gabinete de la Secretaría de Desarrollo Cultural; Ariela Peretti, directora Nacional de Integración Federal y Cooperación Internacional; Gustavo Romero, director de Coordinación del Consejo Federal de Cultura; Virginia Agote, secretaria de Cultura de San Juan y Romina Torres, directora de Políticas e Industrias Culturales de San Juan.

En este encuentro, el tema tratado se concentró en “las problemáticas territoriales dentro del campo cultural. Herramientas y estrategias para la implementación de proyectos”.

 

Estamos invitados a tomar el té

La charla se realizó en el auditorio del museo. En su antesala, al llegar, se encontraba un buffet portentoso de bebidas calientes, gaseosas de marca reconocida, panificados dulces, frutas y hasta mix de frutos secos servidos en dispenser de última moda.

En este mismo lugar, se encontraban dos espacios de mesas de apoyo rodeadas de señoriales sillas. En la mesa principal se encontraban sentados quienes eran los encargados de la charla, que luego pasaron al espacio de la disertación.

Se entró al anfiteatro: allí se encontraba un gran equipo de producción de audio y video traído desde el centro “federal” –centro construido y validado desde todas nuestras periferias-. En total, hubo alrededor de quince personas en el espacio – poca convocatoria para la importancia de la temática – .

Primero se transmitió un video en donde se validaron todas las políticas públicas provinciales. Un video compacto, con buena tipografía, manejo exacto de paleta de colores, con aire desde los espacios en blanco, fotos de artistas en sus faenas.

Luego, se pasó a un relato, también compacto, por parte de Virginia Agote y Romina Torres. Las funcionarias, hablaron sobre las políticas públicas desplegadas en programas culturales y mencionaron la ley de mecenazgo – un gran debate entre el espacio artístico sanjuanino que divide nuestras aguas, que son pocas, por cierto-.

Vamos a ver cómo es el mundo del revés

Desde un revés discursivo, se trató acerca del “desafío” de formalizar el sector para que les artistas puedan vivir de la cultura – porque es de público conocimiento que no dejan de estar ‘sobreviviendo’-.

El diálogo se centró en distintas intervenciones entre la asociación de artistas ACASA y les disertantes: sobre cómo generar un equilibrio entre los subsidios estatales y la posibilidad de crecer a nivel independiente o privado.

Uno de los puntos centrales del debate fue la necesidad de ser monotributistas para poder, de alguna forma, legalizar el sector a nivel económico. En esto, cabe destacar que se discute, de algún modo, cuál es la frontera del soporte económico estatal y el tan temido asistencialismo.

Frente a este dilema que valida la supuesta “grieta” nacional y trasciende ampliamente el sector cultural– quizá desde el desconocimiento del verdadero significado de la gestión pública-, las participantes de la asociación ACASA plantearon de manera ecológica la problemática de crecer en el sector y, en coincidencia con les disertantes, la importancia de las asociaciones, entre otras cosas de suma importancia, para poder facturar y ser solventes a nivel económico.

Es de sabido conocimiento, entre les hacedores culturales, el requisito de los espacios culturales públicos sanjuaninos de tributar al estado como trabajadores independientes. Lo cierto es que también implica el pago mensual de cuota a AFIP y rentas. Esto es difícil de mantener ya que la informalidad y discontinuidad del trabajo real no permite siquiera poder pagar el propio alquiler.

Al este y al oeste

La intervención de las autoridades nacionales fue, también, real y amena. Hablaron sobre políticas nacionales e invitaron a mantener el canal comunicativo abierto, como, nobleza obliga, reconocer que Romina Torres ofreció, genuinamente, su ayuda desde su oficina para acompañar en lo necesario a quien decida acercarse.

Se transmitió la grata noticia de que el programa “Emprendedor cultural” será de ventanilla abierta, es decir, que se podrá aplicar sin fecha de cierre. También se puso en valor la creciente suba de presupuestos a través de los años para este programa.

¿Gracias doy a la desgracia?

Al finalizar la charla, se puso sobre la mesa, el recorte presupuestario que desde Nación se viene barajando para el ámbito cultural. Tanto las autoridades nacionales como provinciales, con mucha cintura política, llamaron a apoyar el sector y dieron por sentado que las tratativas son positivas entre los ejecutivos públicos.

Es innegable el crecimiento productivo y de desarrollo que hay en el sector. La organización, unión y debate de las fuerzas trabajadoras constituyen el punto clave para que se pueda peticionar al Estado de forma consciente qué se necesita y cómo. El diálogo está abierto: legitimar el hacer artístico, en todos los aspectos, es una tarea que es menester continuar y definir.

Continuar trabajando en el brillo provincial cultural es un objetivo de todos los sectores: público, privado e independiente. Aunar fuerzas para que les ciudadanos prioricen el consumo artístico local depende, en gran medida, de reflexionar la hoja de ruta que se trace de aquí en adelante.

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