La guerra de Malvinas en el cine

Una pantalla abierta al sur

Por Daniel Gil

Cultura y pospandemia

El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 instauró en la Argentina un régimen que tenía como principal fundamento político la violencia. En ese contexto, la guerra era la única forma de concebir la acción política.

La dictadura comenzó intentado legitimarse declarando “una guerra a la subversión”, continuó con el intento de un enfrentamiento bélico con Chile en 1978 por el conflicto territorial por el canal de Beagle y culminó en 1982 con la contienda bélica contra Inglaterra por las islas Malvinas.

Esta guerra, constituyó un acontecimiento importante para la dictadura militar, en el sentido que permitió superar momentáneamente, la frágil unión, que hacia el interior de la misma poseían las tres fuerzas, luego de constantes disputas internas. También acosaba al proceso, hacia principios de los ´80, el desprestigio y fracaso de su plan económico y la creciente participación de la sociedad civil; sobre todo es de recordar la multitudinaria marcha de la CGT, poco antes de la contienda bélica.

Es en ese marco que debe situarse la acción de Malvinas que entrelazó por un lado “la resolución de invasión y ocupación de las Islas por parte de los militares y por otro el sostenido apoyo popular que modificó el reclamo civil que evidenciaba la crisis del régimen militar por un «sólido respaldo popular».

Sin embargo, tan solo dos meses después la adhesión popular para la recuperación de Malvinas, se transformó en rechazo, tras la rendición de las tropas en las islas. Lo cierto es que esta guerra dejó una profunda huella en la sociedad argentina y su representación en el cine no estuvo ausente.

Las primeras representaciones

Desde la ficción al documental son muchas las películas nacionales que abordaron la cuestión Malvinas desde diferentes perspectivas, con distintas historias y develando zonas oscuras del conflicto. El cine no esperó mucho para brindar su representación de este traumático y cercano pasado, y apenas dos años después de la rendición de Malvinas, aparece la primera ficción acerca del tema; la película fue “Los chicos de la guerra”, de Bebe Kamin, basada en un libro el escritor Daniel Kon.

La película narra la historia de Fabián, Santiago y Pablo, tres pibes de distintas clases sociales que son enviados a combatir a Malvinas. Lo notable de la película es la lejanía que guarda la misma con el género bélico. Lejos de las acciones en el campo de batalla, son protagonistas las vivencias de los jóvenes en las islas Malvinas, pero también, a través de flashbacks el film inspecciona el pasado de toda una generación para representar a la Argentina autoritaria de décadas anteriores a las Malvinas.

En 1988, Miguel Pereira, filma la excelente película “La deuda interna”, con la historia de un joven jujeño que muere como parte de la tripulación del crucero ARA General Belgrano, hundido el 2 de mayo de 1982. En el marco del filme colectivo Historias breves, que significó el puntapié inicial de la renovación del llamado “Nuevo Cine Argentino”, el notable corto de Bruno Stagnaro “Guarisove”, argentinización” fonética de la frase en inglés War is Over trabaja la ucronía, al representar el olvido de tres soldados, en un perdido lugar de las Malvinas tras haber finalizado guerra.

A este film, le siguió “Hundan al Belgrano” de Federico Urioste, uno de los primeros documentales que se estrenó en cines, lastrado por cierta estética televisiva, pero importante como testimonio; y “Fuckland” de José Luis Marqués, película del año 2000, sin duda la más peculiar de las realizaciones sobre Malvinas.

Escrita y dirigida bajo los dictados del Dogma 95, la película trata de un argentino con una idea de reconquista bastante particular: embarazar a las mujeres isleñas, para que tengan hijos con sangre argentina, que luego decidan reincorporar las islas a nuestro país. Para afirmar su excentricidad dentro el panorama del cine argentino sobre el tema Malvinas, cabe destacar que la película fue filmada en forma clandestina por un equipo de siete personas.

Una de las cuestiones a destacar es que todas las representaciones del conflicto belico en el cine por lo menos hasta el año 2000, alejan el relato del campo de batalla y se centran en el trauma individual y colectivo pos derrota. Con el cambio del milenio, se modifica esta visión?

Las representaciones de la guerra no tan solo no son una cuestión cerrada en el cine argentino, sino que por el contrario proliferan cada vez con más fuerza.

El cine sobre Malvinas en el nuevo milenio

Los primeros años del nuevo siglo, darían a luz a otra de las películas emblemáticas del conflicto, al igual que “Los chicos de la guerra”, “Iluminados por el fuego”, de ella hablamos, se basaba en un libro, esta vez del escritor Edgardo Esteban, y fue dirigida por el actual ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.

El film se centra en los traumas que arrastra un veterano de la guerra revividos a través de los dolorosos recuerdos del combate. Este film marcó un gran éxito de taquilla y fue visto por cerca de 400.000 mil espectadores, lo que marca el interés que el tema despertaba, a más de 20 años del conflicto, en la sociedad argentina.

Las visiones sobre el llamado Conflicto del Atlántico Sur siguen siendo múltiples y no pueden dejar de mencionarse algunos títulos relevantes de los últimos años como “Desobediencia debida”, de Victoria Reale en el 2010, “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, de Rodrigo Fernández Engler estrenada en 2017; “Teatro de guerra”, de Lola Arias 2018; “1982”, de Lucas Gallo en 2019; “Ni héroe ni traidor”, de Nicolás Savignone del 2020, “Buenas noches Malvinas#, de Lucas Scavino y Ana Fraile en el mismo año y cerramos este recuento parcial con la excelente “Nosotras también estuvimos” (2021), de Federico Strifezzo, que rescata la historia de las enfermeras que fueron a las islas, y pese a ser activas participantes en el escenario bélico, fueron invisibilidades durante todos estos años.

Como vemos respondiendo a la pregunta enunciada anteriormente el cambio de milenio, incorporó actores, pero no modifico la representación del conflicto en el cine.

En “Esto es la guerra, pibe. El cine bélico en la representación de la guerra de Malvinas” (descarga libre desde https://ucine.edu.ar/novedades/esto-es-guerra-pibe) su autor, Ezequiel Fernandez, se hace preguntas que otros investigadores también tomaron, y que podemos hacer nuestras después de este breve e incompleto racconto sobre las obras más notables del conflicto: ¿Por qué una guerra como Malvinas no generó cine bélico? ¿Por qué se desplazan las historias hacia el continente? ¿Por qué hasta el momento, no están en el centro de los relatos ficcionales las experiencias del combate contra los ingleses?

Tal vez estás preguntas encuentren respuestas con el paso del tiempo, ya que las representaciones de la guerra no tan solo no son una cuestión cerrada en el cine argentino, sino que por el contrario proliferan cada vez con más fuerza. Más allá de los distintos puntos de vista y el abordaje de diferentes historias, los diversos relatos sobre Malvinas de alguna manera apuntan a una cuestión histórica que aún no fue saldada por la sociedad argentina y es probable que el cine continúe develando aspectos desconocidos del conflicto.

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