Arte y nuevos medios

Lo real posible y más allá

Los cruces entre arte, ciencia y tecnología posibilitan explorar sin límites. Obligan a redefinir tanto la figura del artista como la del espectador, y también exigen repensar los espacios de exhibición.

Big Brain Project

Big Brain Project, (red neuronal, cerebro universal) Joaquín Fargas (Proyecto bios).

Por Macarena Pereyra y Romina Maina

La vinculación entre arte y tecnología abre un escenario heterogéneo en prácticas, técnicas y posibilidades que cambia rápidamente. Plantea, además, el desafío de poner a dialogar distintos saberes para transitar una nueva experiencia de creación, donde el espectador se involucra cada vez más en el hecho artístico, e incluso hasta puede modificar la obra.

En paralelo a estos cambios, hay museos, centros culturales, festivales y concursos que acompañan, y promueven estas formas innovadoras y disruptivas de hacer arte en interconexión con las tecnologías. Así lo hace el ingeniero Tomas Oulton desde Objeto a, una productora cultural especializada en arte y nuevos medios, con sede en la ciudad de Buenos Aires.

El profesional participó recientemente de la 3° edición de Virtuality y en el marco de su visita a San Juan, dialogó con Plataforma GAIA sobre los modos en que la tecnología acompaña al arte para generar experiencias que no podrían producirse de otro modo. Dio un panorama amplio, a partir de su trabajo en la producción y gestión de proyectos, entre ellos “Proyecto Bios”, que sigue de cerca los avances de la biotecnología en el país y busca potenciar las obras de los artistas del bioarte (arte con organismos vivos).

De la articulación entre Objeto a y el Centro Cultural de la Ciencia, surgió una plataforma web (proyectobios.com) que muestra experiencias diversas a partir del cruce entre ciencia y arte, dos campos aparentemente alejados entre sí. Sin embargo, la fusión entre ambos y la expansión de esta corriente, da cuenta de que es posible establecer puentes entre la libertad creativa que ofrece el arte, con la academia y la tecnología.

Dicho portal digital reúne las obras de 26 artistas de diferentes puntos del país que trabajan en bioarte en sus distintas especialidades, entre ellos: Agar Art, un arte creado a partir del cultivo de microorganismos, Biosonificación y biosensado, que explora el sonido que emiten las plantas; y la Biorrobótica que supone la rama de la robótica que se mezcla con la biología para desarrollar sistemas con características biológicas.

Sobre los cambios que ya se están produciendo, Oulton considera que la Biotecnología será a esta década como la computación lo fue a la década del 90: “Terminada la década miraremos hacia el 2020 y nos diremos ¿cómo pudimos haber vivido de la forma que lo hicimos? Los avances en la salud humana y animal, la forma de alimentarnos, el cuidado del medio ambiente, la protección de la vida animal y vegetal, son campos que tendrán cambios radicales”.

Se suele decir que los límites se corren. En el arte se viene dando esta discusión desde su origen, y en el bioarte, esto se amplifica.

Robotika, The Nannybot (Juan Fargas) Proyecto de performance de un robot dotado de inteligencia artificial, de aspecto femenino, (una niñera cibernética) cuyo deber es preservar la raza humana, cuidar del bebé y proteger el medio ambiente que lo rodea. Robotika desafía los límites del concepto de ser humano (Proyecto Bios).

¿La imaginación es el límite?

El bioarte como práctica que trabaja a partir de la intervención sobre plantas, animales, y moléculas también genera opiniones dispares y abre debates éticos sobre los límites de la manipulación de organismos vivos.

Oulton, entiende que existen límites que no desean sobrepasar y para ejemplificarlo menciona el caso de May The Horse Live in Me (Que el caballo viva en mi), una obra del colectivo Art Orienté Objet, en el que la artista Marion Laval-Jeantet recibió una transfusión de sangre de caballo con el fin de explorar los límites y las relaciones entre distintas especies.

Ante acciones como estas, el productor marcó su postura: “Nosotros no estamos con este tipo de perfomance, pero entendemos que el artista tiene su libertad. Queda en nosotros qué proyectos acompañar. El bioarte camina por una delgada línea y todo lo que esté por dentro de nuestra frontera lo comentamos, desarrollamos e impulsamos, pero lo que está del otro lado no. Nos interesa desarrollar, promover y fomentar las obras de arte que transmitan mensajes esperanzadores de ese mejor futuro en el cual el Hombre proteja la Naturaleza, integrándose y respetándola. En estas premisas se basan nuestros principios éticos”.

Sin embargo, el especialista, sostiene que debe estar abierta la discusión ya que estamos en un escenario donde los límites deben seguir siendo analizados constantemente: “Se suele decir que los límites se corren. En el arte se viene dando esta discusión desde su origen, y en el bioarte, esto se amplifica. Quizás en una década estén saldadas estas discusiones, o no. La tecnología avanzó experimentando con animales, hoy podemos hablar de órganos transplantados que provienen de un cerdo y puede salvar vidas, pero la pregunta siempre será si es ético o no modificar y manipular organismos vivos y si se logró en pos de un avance para el bienestar humano o en un rédito económico.”.

‘Proyecto bios’ abre el espacio a la creatividad de los artistas para generar caminos alternativos de los que la ciencia puede valerse y aprovecharse. Pero también, propone un espacio de reflexión e investigación sobre la ética de la misma práctica. Entre los autores que abordan desde la teoría esta corriente, Oulton resalta la labor de Lucia Stubrin, doctora en Teoría e Historia de las Artes, quien en su libro “Bioarte. Poéticas de lo viviente”, compone una completa cartografía de artistas y teóricos, a la vez que propone una mirada crítica y reflexiva sobre estas experiencias.

Marylin Mon-Roe. La obra fusiona la pieza más emblemática del movimiento artístico Pop Art creada por Andy Warhol a mediados del siglo XX y la la vaca como objeto de estudio; utilizando bacterias del laboratorio, para lograr su propia versión «pop-agart». Autora: Natalia Velázquez (proyecto bios).

Crear y transformar

El arte, va desplazándose hacia nuevas formas, en un continuo que desafía permanentemente las propias reglas y conceptos. Pero, no sólo cambia la experiencia artística en sí misma, sino que estas transformaciones obligan a reconfigurar los espacios y modifican la relación que se establece con el arte.

De hecho, hay museos específicamente creados para exhibir arte y tecnología como el Mori Building Digital Art Museum ubicado en Japón y festivales, -entre los más importantes está el ‘ARS Electrónica’ que se realiza en Austria-, que reúnen a profesionales vinculados al campo tecnológico de todo el mundo.

Como explica Oulton, surgen nuevos espacios de exhibición porque en algunos casos los existentes no permiten cierto tipo de instalaciones o necesitan una tecnología que no está disponible. Pero, también, muchas veces se modifica el formato de exhibición: “Hay diferentes tiempos, antes podías generar una muestra de un mes, ahora quizá es demasiado caro con alquiler de computadoras y sensores, entonces pasa de ser una muestra a un festival”. 

 

 

Nuestra misión es llevar al interior el trabajo que se viene haciendo desde las nuevas vanguardias del arte, sin importar la cantidad de personas a las que les interese, para incentivar a futuros artistas o investigadores (o ambos a la vez).

¿El futuro está cerca?

El avance tecnológico es una realidad insoslayable del futuro que viene y ante nuevas demandas, exige también nuevos modos de pensar. Más necesario se vuelve aún si se piensa, como advierte el especialista que “hay un montón de expresiones que no han sido validadas todavía por los circuitos del arte, esto quiere decir, que no está en los museos, no hay críticos que hablen todavía de esto, pero es un arte que está en auge en el mundo y en Buenos Aires ya hay espacios como el Centro Cultural Kirchner y el Centro Cultural San Martín o el Centro Cultural Borges en los que se presentan obras de arte y nuevos medios”.

Sin embargo, la posibilidad de acceso a estas nuevas realidades es por ahora, acotada y desigual. Las propuestas que fusionan arte y tecnología están concentradas en Buenos Aires principalmente y luego, en núcleos urbanos importantes del país como Mendoza, Rosario, Córdoba y también Neuquén; sin contar los desarrollos que se producen en el exterior.

Romper esas barreras y abrir otro horizonte de posibilidades para el desarrollo del arte tecnológico en toda la Argentina es para Oulton clave: “Yo soy de Santiago del Estero, y nuestra misión es llevar al interior el trabajo que se viene haciendo desde las nuevas vanguardias del arte, sin importar la cantidad de personas a las que les interese, para incentivar a futuros artistas o investigadores (o ambos a la vez). Queremos despertar curiosidad y abrir camino con el sentido de generar y desarrollar el arte tecnológico en la Argentina”.

La relación de las artes con las tecnologías, ha sido lo largo de los siglos, un vínculo inseparable para pueblos y civilizaciones de cualquier región o cultura en el mundo. Desde tiempos remotos, siempre el ser humano buscó herramientas a su favor y los materiales necesarios para cumplir con el deseo de expresarse y comunicarse. Si la realidad o su contexto no lo permitía, o si un instrumento no existía; lo creaba y sistematizaba esa técnica.

Por lo tanto, no es casual -y sobre todo en plena era donde prima lo interdisciplinario y el cruce de lenguajes, saberes y experiencias- que se exploren nuevas formas de darle sentido al mundo que ya no solo le rodea al individuo, sino también a ese mundo propio que va construyendo material y simbólicamente. Que el bioarte pueda lograr ser una nueva corriente de investigación, de experimentación o de expresión, y que pueda realmente tener un destino concreto, con los años venideros se verá. Por el momento, hay desarrollos que van en múltiples direcciones y habrá que ver cuál de todos, podrá generar un hecho artístico que trascienda su tiempo.

Sobre Tomás Oulton

Es ingeniero civil (UBA), director de Objeto a, espacio de arte especializado en Arte en Nuevos Medios, productor de la Bienal Kosice, y de Game on! El Arte en Juego. Se especializó en diseño asistido por computadora en España, y en 1993 pasó a desempeñarse en la industria IT (Tecnologia de la Información) en Microsoft Argentina, a cargo de gerencias regionales.

¿Qué es Objeto a?

Es una productora cultural especializada en arte y nuevos medios fundada en 2008 por Tomás Oulton y su familia. Su objetivo es promover el diálogo entre los campos del arte, la ciencia y la tecnología con una mirada reflexiva, crítica y constructiva para dar lugar a nuevas expresiones y formas de comunicación artística. Es reconocida internacionalmente por la creación de la Bienal Kosice, (concurso de incentivo al desarrollo de proyectos artístico/tecnológicos y de Game on! El arte en juego (exhibición de videojuegos artísticos y experimentales). Desde su creación, produjo más de 130 muestras de arte en su espacio físico propio y en los principales centros culturales de Buenos Aires (Cultural San Martín, Centro Cultural Kirchner, Centro Cultural Recoleta, Centro Cultural de la Ciencia, Centro Cultural de España en Buenos Aires y en Córdoba, Centro Cultural Borges, Planetario Galileo Galilei y Tecnópolis, entre otros). Formó parte, además, en festivales de arte y tecnología como Buenos Aires Futura, Noviembre Electrónico, Fase Encuentro y Escalatrónica.

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