Opinión
Romper barreras
Por Daniel Gil

Foto: Ana Quiroga
El área audiovisual en la provincia de San Juan, ha tenido en los últimos años un crecimiento sostenido, sobre todo luego de la instalación de la sede regional de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC regional). A un promedio de cerca de 20 egresados por año, esta cifra se percibe en la aparición de una gran cantidad de pequeñas productoras que hacen notar su presencia en la provincia, y si bien, por el momento, el sector de más crecimiento es el de la propaganda, publicitaria e institucional, la participación de proyectos en concursos como San Juan Filma, que contó con nueve carpetas de cortos de ficción, más otras tantas de desarrollo de series, nos hablan de un movimiento que apuesta a crecer también desde una mirada artística o generadora de contenidos, más que desde una lógica estrictamente de servicios como era hasta ahora.
Otra de las señales de este crecimiento, son las tesis de grado de la ENERC, ricas en temáticas y técnicas que ya están formando un corpus sólido desde el cual arrojar una mirada acerca de cuáles son las variadas temáticas que las nuevas generaciones de creadores están frecuentando. Aunque aún no es fácil encontrar un tema unificador dentro de la producción local, podríamos aventurar que hay un interés en trabajar dentro de los géneros cinematográficos apuntando a una lectura local sobre los mismos. Es a raíz de esto, que, por ejemplo, en las tesis de la ENERC, podemos encontrar conviviendo, desde ficción histórica, hasta películas de terror o fantasía. También, se pueden destacar proyectos locales, pugnando por entrar en las convocatorias del INCAA y en algunos casos ganando desarrollos en concursos históricos como el Raymundo Gleyzer o el caso de la producción del documental “Emar Acosta. Doctora, tiene la palabra” que consiguió financiación a través de la convocatoria Renacer Audiovisual del Ministerio de Cultura de la Nación y en estos momentos tiene acabado su rodaje
Esta realidad también se vio reflejado en el marco del Mercado de industrias Culturales (MICA) en la ciudad de Buenos Aires (realizado en el Centro Cultural Kirchner en mayo pasado). La provincia de San Juan contó con una de las delegaciones más grandes del país: más de cien personas viajaron a participar de este evento que reúne a los seis sectores que conforman las industrias culturales: artes escénicas, audiovisual, diseño, editorial, música, y videojuegos. El sector audiovisual local (y también el teatro) tuvieron un importante protagonismo: más de una docena de realizadores provinciales participaron con sus respectivos productos, algunos de ellos ya avezados en estas lides y otros simplemente para ver en qué consistía esta idea de “industrias culturales” y cómo se desarrollaban las rondas de negocios que allí se llevaban a cabo.
El área audiovisual de la provincia de San Juan cuenta en este momento con una vitalidad impensada hace una década atrás
¿Industrias culturales?
Para quienes les cueste asociar los términos industria a Cultura o les choque la idea de rondas de negocios cuando hablamos de la misma me parece que son importantes las cifras que dio en el discurso inaugural en la última edición del MICA la Secretaria de Desarrollo Cultural, Lucrecia Cardoso: “la cultura representa el 2,6 % del valor agregado bruto del país. “Para entender la magnitud quizás es bueno compararla con otros sectores -explicó-. La pesca genera 3,4%; la energía el 2,25%; los hoteles y restaurantes el 2,6%. La cultura, en términos de valor agregado, representa dos tercios de lo generado por la minería y la construcción y un tercio de lo generado por el sector primario de la economía”.
En el MICA se ve reflejada tanto la fuerza de la industria y la innovación como la persistencia de la tradición, tal vez por eso dos de las actividades que se presentaron con más fuerza, fueron los videojuegos y las artesanías. Respecto a estas últimas el Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (Matria), donde se podían adquirir toda suerte de artesanías (textiles, alfarería, etc.) ocuparon todo un piso del Centro Cultural Kirchner. Después otras asociaciones, como MATRIARCA, que es una red de artesanas de todo el país que trabajan mucho el tema de la calidad y la certificación. Y respecto a los videojuegos, los mismos entraron con mucha fuerza en el sector audiovisual, transformándose en una pieza fundamental en las rondas de negocios.
Aunque aún no es fácil encontrar un tema unificador dentro de la producción local, podríamos aventurar que hay un interés en trabajar dentro de los géneros cinematográficos apuntando a una lectura local sobre los mismos.
Ronda de negocios
Amén de las muestras, espectáculos, charlas y talleres, el MICA se distingue básicamente por las rondas de negocios. En esta ocasión se habilitaron más de diez mil rondas que contemplaron todas las áreas que convocó esta edición (audiovisual, artes visuales, circo, danza, diseño, editorial, folklore, gastronomía, hip hop, infancias, música, música académica, tango, teatro y videojuegos).
En este espacio se prioriza que el vendedor, en un lapso no superior a los 15 minutos, ofrezca su producto de un modo que sea interesante para el comprador. Las mismas se acuerdan previamente, ya que los vendedores suben sus propuestas y portfolios a una plataforma y los compradores seleccionan a los que les interesa. Esto no es excluyente, ya que muchos vendedores que no han sido previamente seleccionados, pueden acercarse al lugar en donde se realizan las rondas y sin cita previa son atendidos en función a la disponibilidad de los compradores. Aun cuando no se realicen las ventas, estos encuentros son importantes, porque la mayoría de las veces, los vendedores se van de las reuniones con consejos de cómo mejorar sus productos con vistas a una nueva ronda en otra edición del MICA.

Nuestro activo diferenciador más importante es la regionalidad de nuestra producción. Ver como aportar este valor dentro de géneros reconocidos puede ser un camino interesante a transitar
San Juan en las rondas
La mayoría de los videastas sanjuaninos, que participaron en las rondas, fueron en representación de sus productoras, para hacer conocer su trabajo. Otras, ya más consolidadas fueron a presentar sus trabajos o simplemente a establecer contactos que les permitan posicionarse como cabeza de playa para ofrecer sus servicios en vista a la llegada a la provincia de producciones de otros puntos del país. Todos los sanjuaninos que se acercaron al Centro Cultural Kirchner, obtuvieron entrevistas, y si bien, es difícil hacer una evaluación sobre las mismas, ya que muchos tratos se cierran a posteriori del evento, si se reconoció, en conversaciones entre las productoras y los representantes del sector local el importante avance en cuanto a presentación y profesionalismo de los videastas sanjuaninos.
Tal vez una de las cuestiones a trabajar con el sector es la capacitación que deben tener a la hora de sentarse a negociar sus productos. Quince minutos suelen ser escasos si uno se sienta a presentar un trabajo sobre el que invirtió mucho tiempo para realizarlo, pero si se organiza adecuadamente su exposición, como muchas productoras pueden atestiguar, es más que suficiente.
Como conclusión podemos verificar que el área audiovisual de la provincia de San Juan cuenta en este momento con una vitalidad impensada hace una década atrás y más de la participación en eventos masivos como el MICA es esta una realidad por suerte, que se puede palpar da a día en la provincia. El escenario audiovisual nacional sufre una especie de anquilosamiento y sobresaturación de productos que poseen una mirada centralista y puerto céntrica, que, de manera incipiente, varias provincias con un desarrollo audiovisual más potente (Córdoba, Santa Fe, Mendoza, etc.) ya han salido a disputar. En ese contexto, San Juan se debe a sí mismo una serie de acciones (una ley de producción audiovisual, entre otras) que ayuden a plasmar toda esta ebullición del sector en una producción continua. En general, cuando se va a un mercado a negociar, mejor que ir con un producto es ir con una producción; con un cuerpo critico de obras que atiendan a varios sectores para de esa manera ir encontrando un público al cual dirigir las mismas. También es interesante plantear que nuestro activo diferenciador más importante es la regionalidad de nuestra producción. Ver como aportar este valor dentro de géneros reconocidos puede ser un camino interesante a transitar