De no sé dónde

Demonio Urbano I 15/11/2023
Creí que se habían olvidado de mí y finalmente estaban dejándome descansar en paz. Pero cuando ya comenzaba a acostumbrarme y disfrutar de la vida de diablo jubilado, volvieron a llamarme. Evidentemente no soy tan malo como requieren o los hay aún peores que yo… Cuestión que el “te quiero-no te quiero” está más vigente que nunca parece, y en todos los ámbitos…
Como sea, me sacaron del banco de suplente y volví a jugar de titular. Esta vez para ir a cubrir “Paisajes Interiores”, una serie de catorce obras realizadas en la técnica de la acuarela por Sonia Parisí.
La exposición debió inaugurarse el pasado 10 de noviembre pero debido al alerta meteorológico de ese día, se prorrogó su apertura para realizarse finalmente el lunes 13 a las 19 horas en el espacio de arte de la Biblioteca Franklin.
Mal día para una inauguración –me dije- no pretendo menospreciar a nadie, pero competir por una parte con la visita de Leandro Santoro a nuestra provincia y por otra con el homenaje a Berta Kleingut de Abner -todo en la misma tarde- es mucho…
Cuestión que de entradita nomás me solidaricé con la desafortunada expositora, ya que no podía sumarle más arbitrariedades a quien bastante había tenido entre la inclemencia del tiempo y la ilustre competencia.

Según escuché, la muestra se extenderá por espacio de un mes y sería la actividad de cierre del año. Por este motivo las autoridades de la biblioteca decidieron invitar a Parisí quien integra el plantel del Centro de Creación y Museo de Artes Visuales “TORNAMBÉ”, institución que depende de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan, que este año está celebrando su 50° aniversario.
Como verán, un marco protocolar que “del vamos” intimida. ¡Sonamos! Me dije, lo único que falta ahora es que me tenga que poner a estudiar para hacer una valoración de la muestra. ¡Ni loco! Yo soy libre, impulsivo, rebelde, un intuitivo orgulloso que se resiste a que le impongan cualquier tipo de análisis. En cuanto a mis conocimientos, bue… transito la media, soy un diablo común, popular… ¡si hasta peronista, podría ser!
Molesto y dispuesto a destrozar las expectativas pretensiosas de cualquiera de estas celebridades me adentré a la muestra.
Confieso que esto de “popular” me tiene desorientado, ya que asocio el término más a un partido de fútbol que a una “Biblioteca”. Y… es que la biblioteca es más parecida a un museo que a un estadio ¿A quién se le habrá ocurrido llamarla “popular”?

Las sorpresas aún siguieron cuando me encontré con las obras. A mi entender: nada que entender. Simples. Directas. Sencillas. Paisajes, todos paisajes. La mayoría representaciones del campo, muy pocas de la ciudad. Hasta podría decir que si no “se cuela” por ahí algún bote, un cerco o una flor de cactus, el recorrido resultaría algo monótono o aburrido.
Y disculpen mi salvaje sinceridad, pero… ¿Catorce obras de paisajes de la misma pintora y en la misma técnica? Tampoco es que yo esté promoviendo la exposición de un “popurrí indomable”, pero quizá tenía mal entendido que las muestras individuales se hacen a modo de homenaje, cuando el o la artista es muy mayor y se llaman “retrospectiva”.
El acto formal comenzó con las palabras de Francisco Cúnsolo, quien preside la Comisión Directiva de la Biblioteca. Valoró la institución como una de las más antiguas de la provincia, destacó a su fundador Domingo Faustino Sarmiento y el importante rol social que desde hace más de un siglo el establecimiento viene desempeñando.
Acto seguido, la Secretaria de la Comisión, Arquitecta Mirtha Palacios agradeció a las autoridades presentes, Marcela Zegaib Directora de Turismo del Municipio de la Capital y Fabiana Zito Directora del Museo Tornambé, para finalmente proceder a leer un calificado currículum de Sonia, que de alguna manera justificaba su invitación.
¡Por fin llegó la hora de la verdad! –pensé-, mis expectativas de evacuar algunas dudas estaban cifradas en la autora del texto curatorial y organizadora visual de la muestra Licenciada Zito. Sin embargo, lo único que pude retener -o entender- es que habló de “los fantasmas”. ¿Será que las obras fueron realizadas con ayuda de un/a médium o alguna “asistencia especial”?
Luego Parisí procedió a los agradecimientos, tanto a los anfitriones como a la Universidad Nacional de San Juan, a la que definió como su lugar de pertenencia y también destacó la función social que la educación estatal pública y gratuita viene desempeñando en esta institución desde hace 50 años.


La cosa ya empezaba a cansar cuando justo a tiempo llegó el momento musical. Facundo Andrés Gallardo, un joven violinista y estudiante de teatro “se robó las marquesinas”, la verdad sea dicha. Para terminar… ¡el esperadísimo brindis! Vamos, diablo flojo –me dije- ¡el país se saca adelante laburando! y abnegadamente, comencé a indagar entre los asistentes.
Me sorprendió la valoración de la gente. Se ve que los sanjuaninos en general son muy conservadores y adoran los temas tradicionales. Sin embargo en estas manchas no pude reconocer ninguno de nuestros paisajes, como por ejemplo el Valle de La luna o el Dique de Ullum. Tampoco los títulos en las tarjetas que acompañaban las obras referían algún sitio determinado dentro o fuera de la provincia. De no sé dónde son los lugares que la expositora pinta…
La muestra se llama “Paisajes Interiores”. Probablemente –no estoy seguro- se trate de recuerdos, de improntas que dejaron algunos viajes, territorios visitados o sensaciones que los mismos provocaron.
La edulcorada asistencia -que en número considerable se trataba de alumnas, exalumnas y colegas de la expositora- ponderó su oficio y logro técnico. ¡Y cómo no! Pude observar en la data de las obras, que el conjunto proviene de los últimos diez años, es decir que lleva al menos una década practicando.
A modo de homenaje, Sonia Parisí se refirió a Daniel Pito Campos y a Gonzalo Cid, como dos de sus grandes maestros e intercaló algunas obras realizadas con la orientación de ellos.
Del resto del acto de presentación, qué puedo comentarles… creo que no estuvo nada mal para tratarse de una inauguración prorrogada, un día lunes y con una agenda recargada.
¡Larga vida entonces, a la Biblioteca Popular y a la Universidad Pública! (y que mis jefecitos no se olviden de este pobre diablo).
